Una puerta para la igualdad
Con el restablecimiento de la democracia en España (Constitución de 1978) se dio la paradoja de que a diferencia de todas las anteriores ocasiones, un cambio radical del sistema político no llevó aparejada la aparición de un nuevo Código Penal. De ahí que hoy sigamos aún decidiendo lo que es delito con arreglo a criterios no ya preconstitucionales, sino del siglo pasado, parcialmente paliados por sucesivas reformas del articulado. Nos enfrentamos cotidianamente a las insatisfactorias disfunciones que se producen en la resolución de los conflictos, desde los más simples a los más complejos: se castiga con, penas exageradas conductas que no merecen socialmente ese reproche y quedan impunes sofisticadas redes delictivas.` De ahí la importancia del momento que estamos viviendo con la aprobación de un nuevo Código por el Parlamento. Como pueblo soberano, decidimos castigar aquello que consideramos verdaderamente reprobable y en la medida en que nos lo parece. No se trata de castigar penalmente todo aquello que encontramos- injusto, sino sólo lo más grave. Dejamos de perseguir sólo a los ladrones de gallinas para sancionar también a los delincuentes de cuello blanco; concedemos la debida protección al medio ambiente, a la ordenación urbanística, hoy día tan impunemente lesionadas; perseguimos mas enérgicamente las redes de narcotráfico pero promovemos y posibilitamos la deshabituación del drogodependiente; sancionamos la sofisticada delincuencia cometida mediante el uso de la informática, tanto o más si se vulnera la intimidad como se si lesionan intereses patrimoniales; proporcionamos mayores instrumentos para luchar contra la corrupción; tutelamos las instituciones democráticas del Estado tanto como las de las comunidades autónomas; atacamos enérgicamente las conductas racistas, xenófobas y, en general, cualquier manifestación de discriminación en el ámbito público o privado, y protegemos la libertad sexual con mayor eficacia . y contundencia, diferenciando las sanciones en función de la gravedad de la lesión.
Sólo el Grupo Popular se aleja con su abstención de este éxito. sin precedentes y lo hace. sin excusa suficiente. Porque este Código sí garantiza el cumplimiento efectivo de: todas las penas, sin reducciones artificiales, pero eso no significa la condena eterna para todos. Aquéllos que consigan rehabilitarse tendrán una posibilidad. de volver. a vivir en sociedad tras una condena razonable. Primar, exclusivamente la: venganza social y el castigo es una opción del pasado felizmente superada. Hoy se abre al fin' una nueva puerta, para la igualdad, la solidaridad y la libertad.
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