González sólo consiguió zanjar por un día el debate sobre su candidatura
El deseo del secretario general del PSOE, Felipe González, de que no se abra todavía la caja de los truenos sobre quién será el candidato a la presidencia del Gobierno se quebró nuevamente ayer. Parlamentarios, ministros y miembros de la ejecutiva volvieron sobre el asunto que González intentó zanjar la víspera. Unos, para decir que se presente; otros, para defender su derecho a reflexionar con calma sobre tan importante decisión.
Ayer se observaba un ostensible desánimo en las filas socialistas, según expresaron en privado dirigentes provinciales y regionales con el argumento de que va a haber muy poco tiempo de lanzar a otro candidato si es que González finalmente no se presenta.El lunes, González vio cumplidos sus deseos de que la ejecutiva federal no le forzara a hablar sobre la designación del candidato. Sin embargo, horas después el asunto vuelve a estar de boca en boca. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de la Junta de Extremadura, volvió a decir, igual que hizo la víspera, que González "debe pronunciarse ya y decir que sí encabezará la lista del PSOE". La impresión de Rodríguez Ibarra es la de que González "está todavía deshojando la margarita y, como no ha llegado al último pétalo, no nos da la respuesta que todos desearíamos". Lo que desean es que diga que sí. Aunque, si finalmente decidiera lo contrario, el presidente extremeño propone que el candidato sea Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE. Esta solución es la que en las últimas semanas repiten algunos dirigentes guerristas. "Es una consigna", interpretan los renovadores.
Por su parte, el ex presidente madrileño Joaquín Leguina declaró a la SER que tiene la impresión de que González no encabezará las listas, y, si así fuera, "debería abrirse un espacio de participación dentro del partido para elegir entre dos o tres personas al futuro candidato". La ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, se atrevió a aventurar una fecha sobre cuándo haría pública González su decisión: "Después de las elecciones catalanas" del 19 de noviembre.
La última de las posiciones públicas la expresó ayer el presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia, en el programa La ventana, de la cadena SER. "Antes de que tome una decisión precipitada, lo mejor es que reflexione y madure su posición", dijo. Almunia aseguró que, en todo caso, los socialistas "van a salir a dar la cara en estas elecciones" y no van a estar debajo de ningún caparazón.
Al margen de las declaraciones oficiales, hubo otras en las que se apreciaba cierto desánimo. Rodríguez Ibarra, según la claridad que le caracteriza, resumió ayer un sentir bastante generalizado en el PSOE cuando fue preguntado por cómo vivían los militantes el hecho de que González no se hubiera pronunciado. "Los militantes están muy animados y con ganas de conocer cuál es el proyecto que vamos a ofrecer para las próximas elecciones y quién lo va a liderar". Según Rodríguez Ibarra, los militantes consideran "que la dirección del PSOE está dormida". El presidente extremeño forma parte de esa dirección.
El presidente de la Comisión de Justicia del Congreso, el guerrista Javier Sáenz Cosculluela, no encuentra sentido a que exista este vacío informativo, y cree inadecuado que el día anterior González abortara indirectamente el debate sobre su sustitución o confirmación. El presidente de la Comisión del Estatuto del. Diputado y dirigente del PSOE asturiano, Álvaro Cuesta, reconoció que en el partido la ausencia de este debate está produciendo, desánimo. "Los militantes sienten cierta confusión al no controlar en absoluto los tiempos políticos".
Parlamentarios pertenecientes a la federación navarra y de Castilla-La Mancha, entre otros, preguntados ayer por este periódico, sintonizaban plenamente con las apreciaciones de Cuesta sobre el quebranto que produce en la militancia no saber quién encabezará su cartel electoral.
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