Dos pisos destrozados en una explosión de gas provocada por un perturbado que resultó herido
Hermenegildo Lobo, un sastre guineano de 60 años, causó ayer a mediodía una explosión de gas en su piso, en el número 11 de la calle de la Virgen de Sagrario, (CiudadLineal). Quería suicidarse porque pensaba que le esperaban en la calle varios racistas, según declaró a los médicos del Samur, quienes advirtieron síntomas de problemas mentales en su conducta. En el estallidoquedaron destrozadas su vivienda y la casa anexa. Hermenegildo resultó herido grave y otras tres personas, leves. Según la Gerencia de Urbanismo, el bloque tiene "ligeros síntomas de afección estructural"
A las doce del mediodía, una brutal explosión estremeció el bloque de ocho plantas, edificado hace 40 años. La onda expansiva surgió del primer piso, donde vivía Hermenegildo.Según los bomberos, el estallido se produjo al acumularse gas en la habitación procedente de una estufa de butano. Tras el reventón, Hermenegildo voló por los aires y cayó a la acera de la calle. Luego se le vinieron encima los tabiques de su casa. . La vivienda, de 50 metros cuadrados, quedó destruida. La onda expansiva reventó la casa anexa, el 1º número tres, donde vive un matrimonio de ancianos. La pared cayó sobre la mujer, Soledad Martínez Montero, de 71 años. Sufre heridas leves. Las ambulancias del Samur y del 061 del Insalud atendieron a otras dos vecinas: Fernanda Hogaya Zarza, de 64 años, e Isabel Alvarez Miguel, de 60.
Hermenegildo Lobo sufrió quemaduras de segundo y tercer grado y la fractura de un tobillo al explotarle la bombona de butano. Fue evacuado a la unidad de quemados del hospital La Paz.
A los médicos declaró que abrió la espita del butano para suicidarse, ya que tenía miedo a unos racistas que le espetaban en la calle". Según estos facultativos, Hermenegildo tenía síntomas de tener problemas mentales.
Nada extraño
La víctima llevaba viviendo de alquiler dos meses. El dueño del piso, Carlos, y su esposa, Catalina, le arrendaron la vivienda porque era una hombre normal. "Si nos hubiera parecido algo extraño no le habríamos alquilado el piso", declaró ayer la propietaria. "Cumplió todo lo que le pedimos, incluido el aval del banco". "Era un sastre con varias hijas en España y nunca notamos que podía tener problemas mentales", señaló la mujer. La conducta de Lobo sólo había extrañado al vecino del segundo piso, al que denunció por ruidos.
La explosión hizo añicos, los cristales del bloque y de dos coches aparcados en la calle. El incendio ennegreció la fachada y dañó el interior de los dormitorios. Mañana, los técnicos de Urbanismo comprobarán si existe riesgo para la estructura.
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