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Entrevista:

"La reforma laboral no ha producido ningún efecto positivo"

Cándido Méndez cree que la reforma laboral no ha creado empleo de manera, significativa, ha intensificado la precariedad y ha degradado las relaciones laborales. Y señala a un gran beneficiario: "CiU que ha dejado al Gobierno en la estacada".

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, asegura que los sindicatos han tenido que corregir, mediante el diálogo con la patronal, el impacto de la reforma laboral de 1994. Ahora apunta un nuevo debate: cómo se disminuyen los niveles de precariedad, y para ello considera necesario "reformar la reforma laboral" y reducir "el sinnúmero de modalidades de contratación temporal".Pregunta. El Ministerio de Economía admite ya un abaratamiento del despido en las primeras sentencias judiciales. ¿Qué otros efectos ha producido la reforma laboral?

Respuesta. La reforma laboral no ha producido ningún efecto positivo; ninguno. Aquel hipotético influjo beneficioso que tendría en el reforzamiento de las relaciones colectivas tampoco se ha producido. Ese reforzamiento lo estamos intentando sacar, como no podía ser de otra manera, en el diálogo con la patronal. La reforma no ha contribuido a la creación de empleo de manera significativa, ha intensificado la precariedad, ha contribuido a la degradación de las relaciones laborales, ha mejorado la correlación de fuerzas en beneficio de los empresarios y está teniendo efectos muy claros en el precio del despido, como, nosotros veníamos advirtiendo. Eso debería acallar las voces que siguen exigiendo un mayor abaratamiento y la desjudicialización del despido. Por tanto, de la reforma laboral no se puede decir nada bueno, y tampoco ha tenido ningún beneficio desde el punto de vista político para el propio Gobierno y para el partido socialista. El gran beneficiario de la reforma laboral ha sido el socio parlamentario, Convergència i Unió, que hace algunas semanas ha dejado al Gobierno en la estacada. Eso debería hacer reflexionar muy seriamente al Gobierno; debería reconocer el inmenso error que cometió con la reforma laboral y pensar que este tipo de alianzas, vulnerando el pacto con su electorado, al final son tremendamente negativas.

P. Los sindicatos han decidido acabar con los sacrificios salariales de los dos últimos años e ir a la recuperación del poder adquisitivo, ¿cómo se va a concretar en los convenios?

R. Partimos de un análisis ampliamente compartido: hay un proceso de recuperación económica con un elemento de enorme debilidad que lo puede poner en grave riesgo, que es el estancamiento del consumo. Eso se produce por el alto nivel de desempleo, la precariedad de los contratos y, la muy moderada evolución de los salarios. Para reforzar un crecimiento económico que cree empleo tenemos que operar con los elementos al alcance de las organizaciones sindicales y los fundamentales están en torno a la negociación colectiva. Para los convenios de 1996 vamos a defender un crecimiento real de los salarios, es decir una mejora del poder adquisitivo....

P. ¿De qué calibre?

R. No voy a dar una cifra de referencia, va a estar en relación directa con la situaciónecónómica de cada sector o empresa. Hay que defender claramente que el crecimiento real de los salarios es beneficioso para el empleo, siendo conscientes de que hay un lastre que dificulta el consumo que es la precariedad de los trabajadores que tienen un horizonte temporal de meses. Ese debe ser otro elemento de discusión: cómo contribuimos a la estabilidad, en el empleo y cómo vamos disminuyendo los niveles de precariedad. Desde luego la receta que no sirve es la desjudicialización del despido y un mayor abaratamiento. Hay que atajar el problema restituyendo la causalidad en la contratación y eso exige un cambio muy acusado en la mentalidad empresarial....

P. Y también requiere un cambio legal. ¿Hay que reformar la reforma laboral?

R. Indudablemente exige podar el árbol de la contratación temporal y reducir el sinnúmero deposibilidades de contratación, que es insólito en Europa.

P. Volviendo a los salarios, un responsable de CEOE, José Folgado, prevé aumentos del 4% en los dos próximos años. ¿Cree que las subidas rondarán esa cifra?

R. El incremento salarial en 1996 puede ser superior al 4%, porque lo permite la situación y porque es compatible con la creación de empleo. Esa declaración tiene un elemento, positivo y es el reconocimiento por parte de la patronal de que las empresas españolas están en disposición de asumir crecimientos salariales por encima de la inflación.

P. ¿Cuánto por encima?, ¿un 5%?

R. No quiero dar una cifra. Va ser el resultante de una negociación colectiva según la situación de los sectores y las empresas.

P. La acción sindical se aplica ahora a pie de obra, muy centrada en las empresas; es muy diferente a la de hace apenas dos años más politizada. ¿Ha cambiado la estrategia sindical?

R. No ha habido un cambio de estrategia sindical. Lo que estamos haciendo es reforzar nuestro pilar fundamental que es la vinculación con nuestras estructuras de base para fortalecer los sindicatos y las relaciones con la patronal. Eso ha tenido un acicate, que es todo lo que se refiere a la reforma laboral, que ha provocado que intensifiquemos nuestra acción en las empresas.

P. ¿Los sindicatos ejercían hace dos años el papel de la oposición?

R. Creo que no. Ha habido un periodo en que las centrales, y no porque nosotros lo quisieramos, hemos podido ser percibidas por parte de la sociedad como el elemento de la oposición contra la política económica del Gobierno. Y eso se ha debido a nuestro rechazo a proyectos de Gobierno que eran y son enormemente lesivos para los trabajadores. También había una enorme debilidad de los grupos parlamentarios.

P. ¿Los sindicatos no se van a sumar a las movilizaciones promovidas por Izquierda Unida?

R. Izquierda Unida es una formación que con las organizaciones sindicales ha tenido una buena relación y en determinados momentos ha apoyado las posiciones, de los sindicatos, pero eso no nos puede llevar a que nuestra estrategia se vea condicionada por una determinada posición política por muy respetable que sea. Los sindicatos no tenemos que sumamos a ninguna movilización, nadie nos tiene que dar lecciones en este sentido, porque ya nos estamos movilizando en lo sectores donde hay problemas y para arrancar soluciones. Hay ejemplos como el conflicto de astilleros o el encierro en el Inem de los trabajadores del campo, y nos vamos a movilizar para preservar el Estado del bienestar. Con ese objetivo vamos a mantener una serie de reuniones con los grupos políticos ante una ofensiva cada vez más intensa que pretende deteriorar el Estado del bienestar.

P. La crisis de PSV está remontando ya, ¿ha supuesto un daño irreparable para UGT?

R. Ha supuesto un daño muy intenso, aunque en ningún caso la crisis de PSV iba a significar la postración de la UGT; ni por asomo. Ha significado una quiebra en lo que puede ser nuestro proyecto de sindicatos de servicios, pero la credibilidad de la organización en la base se ha resentido muy poco, prácticamente nada. Ha sido algo que hemos tenido que soportar desde los núcleos dirigentes. Afortunadamente la problemática de PSV está en vías de solución, a finales de este año estarán construidas parte de las viviendas y se está dando una solución razonable, yo sé que insuficiente, a los cooperativistas que se dieron de baja. Eso no significa que la UGT baje la guardia hasta que no se entregue la última llave de la última vivienda.

P. En las elecciones sindicales ha tenido un impacto, no grande, pero sí ha supuesto una bajada de UGT respecto CC OO.

R. Los resultados de las elecciones son buenos para UGT y no han alterado de manera sustancial el mapa sindical. Algunos agoreros que preveían un batacazo se han equivocado. Ha habido una cierta erosión en algunas empresas y sectores, pero no un trasvase de UGT hacia CC OO, sino a otras expresiones sindicales. Eso nos tiene que hacer reflexionar a UGT y a CC OO, tenemos que analizar un cierto repunte de siglas corporativas, y debe ser un elemento de preocupación común. Algo no estamos haciendo bien. Eso nos puede llevar a otra conclusión: quizás se habla con mucha ligereza de la unidad sindical a corto plazo.

P. Parece que se ha apaciguado el enfrentamiento. interno en UGT, ¿hasta cuándo durará el alto el fuego?.

R. No hay que hablar de alto el fuego. Ha habido un congreso extraordinario para resolver un grave problema interno que tenía la ejecutiva e irradiaba en el conjunto de la organización. Y ahora hay que trabajar. Se deben defender las diferencias, pero hay un imperativo, que ha sido asumido por el conjunto de la organización, y es relanzar nuestro proyecto sindical y volcarnos es nuestro trabajo externo. Problemas los va a haber, lógicamente.

P. Ahora le ha tocado el turno a Comisiones Obreras, ¿qué prevé que suceda en su congreso de enero?

R. Los compañeros de Comisiones Obreras están teniendo un debate muy intenso y que observamos con un enorme respeto. En el congreso de Comisiones se reforzará un sindicalismo que entronca con la Confederación Europea de Sindicatos y se enriquecerá la unidad de acción.

P. ¿Eso significa un triunfo del sector de Antonio Gutiérrez?

R. No quiero hacer ningún tipo de vaticinio, ni decir nada, que pueda, ser malinterpretado, pero creo que hay una posición bastante mayoritaria en torno al actual secretario general.

P. ¿Tras la petición del suplicatorio para José Barrionuevo sigue pensando que Felipe González se debe presentar a las elecciones?

R. No sé qué puede ocurrir. Tras la petición del suplicatorio estamos ante un escenario con una serie de incógnitas que pueden afectar a la Presidencia del Gobierno. No sabemos qué va a pasar en las próximas horas y me nos aun en los próximos meses. Ahora bien, como hombre de izquierdas, ante un eventual triunfo del Partido.Popular creo necesaria una oposición fuerte y todo indica que es mejor no hacer mudanza en torno al cartel electoral del PSOE. Pero también creo que el partido socialista necesita resolver el alejamiento de su base social. Una vez pasadas las elecciones se debería hacer el relevo.

P. ¿También en la secretaría general del PSOE?

R. Sí y producir en ese momento el revulsivo interno para reinsertar el proyecto socialista con su base sociológica. El cambio profundo que necesita el PSOE no se puede hacer de la noche a la mañana y con la presión de un proceso electoral tan difícil como va a ser éste.

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