Jankovic pone fin a la fiesta

Seiscientos treinta y un minutos se fueron al garete en un instante, que, fue lo que tardó Janko Jankovic en batir al imbatible, a Jacinto Villalvilla, portero del Toledo, el jugador. de moda de la categoría, ahora que la panda de De la Peña ni se asoma. por la Segunda División. Siete partidos ha permanecido Villalvilla invicto, saliendo indemne de todas las batallas. Y qué batallas.Pero el sábado el Hércules se cebó con él. Fue un castigo durísimo, exagerado por poco previsible. Que no le marquen a uno ni un solo gol en siete jornadas tiene mérito, casi tanto como que le hagan cuatro en 20 minutos. Así se las gastó el Hércules, un equipo que crece por momentos. Su victoria ante el Toledo, con Jankovic ejerciendo de pesadilla, le permite asirse con fuerza al segundo puesto de la tabla, compartiendo liderato con el Barcelona B.

De acabar así la competición, los dos ascensos directos quedarían adjudicados al Hércules y al Almería.

Lo de los alicantinos era de esperar. Ya el año pasado amagaron, asomándose por las alturas hasta que se desinfló. Pero lo de los andaluces es bien distinto. El Almería es el equipo más joven de categoría nacional. Nació en 1989, lo que le convierte en el bebé del fútbol español. Un bebé, por cierto, que no respeta, a nadie. Ni siquiera al Mallorca, convertido, por mor de su presupuesto y de su afición, en el presunto capo de la categoría, título honorífico que no le sirve ni para entrar, en puestos de promoción, donde se han metido Toledo y Badajoz.

Pero los mallorquines han encontrado razones para justificar algunas de sus quejas: sus jugadores se lesionan de una manera extraña, original: Huegún se rompió el domingo la nariz, 15 días después de que a un compañero suyo le ocurriera exactamente lo mismo. De eso se habló en el Luis Sitjar, como se habló del árbitro, culpable, según la afición y según algunos críticos, de la inesperada derrota. El gol del Almería, dicen, no debió subir al marcador.

Pero subió. Y subieron los de Osasuna, que se deshizo del Marbella (3-1) en una brillante remontada que salvó muchas más cosas que la canosa cabeza de Paquito, su entrenador. Pero la jornada dejó, sobre todo, una imagen: la de Jankovic, ex jugador del Valladolid y del Oviedo, mandando 631 minutos de imbatibilidad al baúl de los recuerdos.