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Entrevista:

"Madrid vale la pena, pero hay aquí mucha gente enfadada"

No hay herejía musical ni milagros, todo es posible con la técnica y "perdón por las flores, también con la sensibilidad". Que Nino Bravo dejara su vida en la carretera, en Tarancón, hace unos cuantos años, cuando venía de Valencia a Madrid es irreversible en cualquier caso Pero su voz permanece. Juan Carlos Calderón (Santander, 1937) ha trabajado. una y otra vez con las versiones originales del cantante de manera que Nino Bravo, quien ahora cumpliría 50 años, ha terminado haciendo duetos con acompañantes como Francisco, Paloma San Basilio, Lolita o Sergio Dalma. Con ellos Nino Bravo, sin saberlo, ha compartido sus canciones de siempre, algunas de ellas compuestas por el propio Calderón que ha sido quien ha llevado a cabo los arreglos y la dirección musical del doble compacto. Él lleva en esta ciudad los años suficientes como para acordarse de los serenos; la evolución de los años sesenta hasta este final de siglo en Madrid es para él algo así como un salto de pértiga. Dicho en sus palabras, el paso de los serenos a la no serenidad.

Pregunta. Escuchar a Nino Bravo ya impresiona, luego trabajar con él cuando lleva muerto 23 años, debe de ser... ¿qué?

Respuesta. Sí, tremendo. Ya tengo una experiencia similar cuando convertí las maquetas de Cecilia en disco. Ahora con Nino, cuando se conseguía finalmente intercalar las voces en los duetos fue mágico, se paraban los pelos, como dicen los mexicanos. Incluso me sorprendí yo, que soy bastante frío y difícil de sorprender.

P. ¿Hay quien le haya dicho que a los muertos se les deje en paz?

R. Los muertos no creo que tengan ni paz, pero si Nino está en algún lado yo sé que me lo agradecerá.

P. Decía que se sorprende por pocas cosas, ¿qué le trastocaría los esquemas en Madrid?

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R. ¡Que se volviera a ese Madrid en que se hablaba de traseros y chavalas! Ahora los hombres en el bar sólo hablan de dinero y de sus teléfonos móviles.

P. Recuerde los años sesenta, cuando llegó a esta ciudad y era músico de jazz.

R. Era la época de los serenos... Terminaba de trabajar a las tres y media de la madrugada y me iba andando a casa sin problema. Al llegar daba dos palmadas y llamaba "¡sereno ... !" y venía Manolo, que me decía, "buenas noches, señor Calderón, ¿cómo se encuentra esta noche?".

P. Vaya, dos extremos. Teléfonos móviles y serenos.

R. En cualquier caso, Madrid es una ciudad que vale la pena vivir, pero ahora se ve a la gente muy enfadada.

Nino Bravo. 50º aniversario. Polygram. Doble compacto. Precio: 2.400 pesetas.

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