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La impunidad perdida

Si Clemente Auger, presidente de la Audiencia Nacional, se mantuvo en el terreno estrictamente reglamentario al solicitar al juez Moreiras una información detallada sobre las actuaciones relacionadas con el caso Argentia, el escrito elevado ayer por el ministro Belloch al Fiscal General del Estado afirmó la puntería al solicitar de facto una querella contra el juez por revelar el contenido de las actuaciones sumariales y poner de relieve la fundamentación presuntamente irregular de sus resoluciones. Carlos Granados no va a consultar precisamente con la almohada sino con la junta de fiscales lo que se puede hacer. Existe la sensación de que Granados quiere aclarar primero, antes de fijar posición, la conducta de la Fiscalía de la Audiencia Nacional en el caso. El juez Moreiras, precisamente, ha empuñado como escudo la actitud del fiscal Ignacio Gordillo y del fiscal jefe José Aranda para amparar sus actos manifiestamente irregulares. Pero se trata de un escudo muy endeble porque ni uno ni otro han tenido la conducta que Moreiras ha intentado presentar. Moreiras tenía que redactar, después de la calificación de Gordillo, un auto de apertura de juicio oral. Todavía no ha explicado por qué no lo hizo. En cambio, montó un escenario para entrevistarse con Mario Conde en la Audiencia Nacional.- Porque ahora se sabe que al dictar el auto de prisión en la- mañana del miércoles y al ordenar la detención de Conde el juez no envió el correspondiente mandamiento para ingresarle en prisión. Por tanto, el único sitio al que la policía podía trasladar a Conde era la Audiencia Nacional. Y ¡oh casualidad! a Moreiras le tocaba ese día, miércoles 11, estar de guardia en la Audiencia.

Al redactar el auto de prisión de Conde, Moreiras incurrió en la, primera actuación irregular. El fiscal no pedía medidas cautelares. Se limitó a decir que el juez considerase (o no) la adopción de alguna 1 medida en el auto de- apertura de juicio oral. Moreiras decidió, por su cuenta, hacer el auto de prisión. Según dijo, la razón es que la prensa había publicado que el fiscal pedía medidas cautelares. Es un razonamiento carente de la más elemental seriedad porque Conde ya estaba sujeto a esas medidas en el caso Banesto (entrega de pasaporte, presentación-semanal, prohibición de salir del país, fianza de 2.000 millones). Y Moreiras lo sabia.

La segunda actuación irregular fue tomar declaración a Conde. Sólo podía redactar el auto de apertura de juicio oral. No podía, pues, hacer nuevas diligencias. El fiscal no había pedido nuevas diligencias en su calificación, y tomar de clara ción, al ex banquero era una nueva diligencia. Y, además, en las condiciones planteadas sin presencia de las otras partes personadas y potencialmente afectadas, como se vió, por las afirmaciones de Conde, y sin la presencia del fiscal- era irregular per se.

La tercera actuación irregular se frustró por la intervención , del fiscal jefe Aranda. Fue cuando Moreiras decidió enviar a la cárcel (o al menos hizo el paripé) a Conde incluso después de su declaración en la que repitió -que Antonio Navalón-le había solicitado que se pagaran lo! 600 millones a Argentia Trust y, off the record, esto es fuera de la declaración, que ese dinero había sido repartido con gente del PSOE. La tercera actuación se frustró. Moreiras rectificó el auto de oficio según recomendación de Aranda.

La cuarta acción irregular es que utilizó la recomendación de Aranda para exculpar a Conde, de oficio, del delito de apropiación indebida, sin mediar mas que una declaración, por otra parte sin ninguna validez.

Pero si uno cree que solo Conde inspira en Moreitas actuaciones irregulares se equivoca. Al día siguiente, jueves 12, Moreiras citó a Fernando Garro, otro de los inculpados por el fiscal Gordillo, y repitió exactamente lo mismo que había hecho el día anterior con Conde. Anuló el auto de prisión en el que también había incluido a Garro, le tomó declaración sin partes personadas y sin fiscal y acto seguido, como ocurrió con el ex banquero, exculpó a Garro del delito de apropiación indebida y de falsedad. No se entiende por qué, después de hacer eso, estableció que Garro debía comparecer el día primero de cada mes ante el juzgado.

Moreiras, pues, se cargó su propio sumario, que este mes cumple dos años, en cuarenta y ocho horas. Lo ha hecho a conciencia. Precisamente, el juez quiere inculpar, en lugar de Conde y Garro, a otras tres personas: Navalón, Juan Belloso y José María Xercavins. Como no puede hacerlo directamente porque el fiscal Gordillo sobreseyó a esas personas, anteriormente inculpadas, Moreiras ha elegido la única Vía: preguntar al Fiscal General del Estado, superior jerárquico del fiscal de la Audiencia, si se acusa a los tres mencionados. El fiscal jefe Aranda pidió ayer a Gordillo su opinión sobre la pregunta de Moreiras. Su respuesta será enviada, junto con el sumario" al Fiscal General del Estado para que se pronuncie. La exigencia de Auger a Moreiras para que informe sobre los hechos y la petición de acciones legales de Belloch al fiscal general es el punto de partida para terminar con la impunidad.

Como le ocurre al común de los mortales, Moreiras estaba pidiendo a gritos., como los niños, que se le fijen los límites. Habrá que ver qué hace Granados, pero no cabe duda que existe la sensación de que la impunidad total ya no es admisible.

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