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Steffi Graf declara todo un día en la fiscalía de Mannheim

La fiscalía de Mannheim confirmó ayer haber interrogado el pasado jueves, durante todo el día, a la tenista número uno del mundo, Steffi Graf, de 26 años, en relación con el presunto delito de evasión de impuestos por el que se encuentra encarcelado desde principios de agosto su padre, Peter Graf, de 57 años.

Sin facilitar detalles del interrogatorio, que se centró en el tema por el que se acusa a la tenista, la fiscalía declaró que no se han encontrado motivos para tomar medidas procesales, tales como una detención de Graf. Permanece abierta la posibilidad de que Graf tenga que comparecer para declarar de nuevo en una investigación que la fiscalía espera tener cerrada para fines de año.

La tenista estuvo asistida en su interrogatorio por un abogado. Mientras tanto, su padre intenta conseguir la decisión de la Audiencia Territorial de Karlsruhe para que se modifiquen sus condiciones de encarcelamiento y quedar en libertad provisional.

Nuevas revelaciones periodísticas sobre el caso Graf convierten al padre de la tenista en chivo expiatorio, el auténtico malo de la película. Apenas pasa un día sin que salgan a relucir nuevas revelaciones sobre su adicción a la bebida o presuntas suculentas comidas que le sirven en la cárcel procedentes de un restaurante de lujo. Según recientes informaciones, que han sido pasto de la prensa amarilla alemana, casi se atribuye a Peter Graf haber financiado sus escapadas sexuales a costa del honrado contribuyente. Todo parte de la revelación de que en las cuentas de Graf con el fisco se habían deducido como gastos empresariales los costes de abogados provocados por el escándalo de hace unos años cuando una modelo chantajeó al padre de la tenista, a quien le atribuía una paternidad que luego no se confirmó.

Connotaciones políticas

El escándalo en torno al presunto fraude fiscal de la tenista adquiere cada vez más connotaciones políticas por la implicación del ministro de Hacienda del Estado de Baden-Wurtemberg, el democristiano de derecha Gerhard Mayer-Vorfelder (CDU), quien, además de su cargo de ministro, desempeña la presidencia del Stuttgart, equipo de la primera Bundesliga alemana. Se acusa al político por las responsabilidades derivadas de diferentes acuerdos entre las oficinas del fisco y la familia Graf.Se estima que durante varios años, por unos ingresos de 177 millones de marcos (más de 1.5.000 millones de pesetas al cambio actual), Steffi Graf sólo pagó 10 millones de marcos de impuestos (850 millones de pesetas). Por añadidura, faltan las declaraciones de impuestos entre 1989 y 1992.

El escándalo por los impuestos de la tenista amenaza con convertirse en un culebrón. La fiscalía anuncia que investigará hasta fin de año y los resultados de ese trabajo caerán en plena campaña electoral de Baden-Wurtemberg, donde podría convertirse en uno de los temas de disputa entre los partidos.

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