La romería de Rivas reúne a 50.000 devotos

Los duques de Rivas tuvieron ayer mucho trabajo. Atendieron a los 50.000 peregrinos que durante todo el día se acercaron hasta la capilla de su residencia, en Rivas-Vaciamadrid (28.000 habitantes). Como todos los años, abrieron sus puertas para que los fieles pudieran orar ante la figura de un ecce homo, conocido como el Cristo de los Afligidos o el Cristo de Rivas, para pedirle una curación, un favor o agradecerle el que les concedió el año pasado.

La romería comenzó a las siete de la mañana de ayer, con la primera misa celebrada por José Antonio Navarro, cura párroco de Velilla de San Antonio, municipio cercano al que pertenece la capilla de los duques. "Todo el día estamos ocupados en atender a los peregrinos y celebrar la santa misa cada hora".El trasiego de personas fue constante. Miles de peregrinos entraban y salían de la pequeña capilla a la que no se permitía entrar con velas encendidas, en previsión de cualquier accidente. Hace seis años se produjo un aparatoso incendio dentro de la capilla. En esa época, las velas eran colocadas en su interior, y su elevado número las hacía caer prendiendo la cera derramada en el suelo. Cada año aumentan y mejoran las medidas de seguridad. Una unidad de protección civil, la policía local, unidad móvil del centro de salud y la propia familia del duque vigilan constantemente. Los mareos son frecuentes al ir avanzando el día; el número de visitantes aumenta por la tarde.

Fuera del recinto, la carretera fue cortada al tráfico. En sus laterales, numerosos puestos de morcillas, berenjenas, tómbolas, y diversos recuerdos se amontonaban. El ruido de los altavoces contrastaba con el de los cánticos de la capilla.