Fraga considera "ridículo" que Carrillo le relacione con la guerra sucia contra ETA

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, arremetió ayer contra el ex secretario general del Partido Comunista de España (PCE) Santiago Carrillo, quien, en declaraciones a EL PAÍS, acusó al político gallego de empujar al Gobierno a la guerra sucia contra la banda terrorista ETA cuando era el jefe de la oposición. Estas manifestaciones, según Fraga, "llegan al colmo del ridículo, al que nos tiene acostumbrados el señor Carrillo".

El ex líder de Alianza Popular incluso recomendó irónicamente la lectura del último libro del veterano militante comunista para comprobar que éste "estuvo equivocado toda su vida, igual que ahora". "Yo fui ministro de la Gobernación y nunca utilicé métodos de guerra sucia", dijo Fraga.El presidente de la Xunta aseguró que en sus entrevistas con González en 1983, poco antes del surgimiento de los GAL, nunca se hablé de la posibilidad de combatir a ETA con métodos al margen de la ley. Fraga explicó que en esa época mantuvo otras tres reuniones "en el Ministerio del Interior", a las que asistió también el dirigente de su partido y titular de esa misma cartera durante la etapa de UCI), Rodolfo Martín Villa. "Se habló exclusivamente de detalles de las conversaciones de Argel, sobre temas de posibles' acuerdos que, en mi opinión afortunadamente, no llegaron a realizarse", comentó el fundador del PP.

Tanto Carrillo como el ex presidente de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés, ponen como ejemplo de la supuesta connivencia de Fraga con la guerra sucia su intervención ante el pleno del Congreso de los Diputados durante un debate sobre las medidas antiterroristas del Gobierno, el 3 de noviembre de 1983, cuando ya se había producido la desaparición de Lasa y Zabala y el secuestro frustrado en el sur de Francia por parte de policías españoles del activista de ETA José Miguel Larretxea.

El derecho más elemental

En esa sesión, el entonces líder de AP replicó a Carrillo y Bandrés del siguiente modo: "No se puede hablar de guerra sucia cuando de lo que se trata es del derecho más elemental de los derechos, que es el derecho de legítima defensa. Ése es el derecho que pedimos que se ejerza en nombre de todo el pueblo de España". Fraga explicó que esas palabras "no admiten interpretación" ya que se limitaba a reclamar "mayor energía y mayor eficacia en la lucha contra el terrorismo". "Pienso que en eso estaba respaldado por la mayoría de los españoles".