Roig se la juega

El Valencia vive hoy uno de sus días más decisivos de los últimos años. La asamblea general de accionistas del club decide si destituye o no a Francisco Roig como presidente del club, cargo que ocupa rodeado de escándalos desde el 9 de marzo de 1994. Las 90.012 acciones de la entidad están muy divididas: entre los que desean que Roig prosiga su mandato y quienes quieren echarlo a toda costa, agrupados en la candidatura alternativa Salvem el Valéncia. Con el tercer presupuesto de la Liga (3.300 millones), Roig prometió un "Valencia campeón", pero no pudo ni entrar en la UEFA en su primera temporada. Pese a ello, Roig parte hoy como favorito (dice que ganará por 7.000 acciones), aunque la oposición asegura que, si la junta es limpia, ellos saldrán vencedores.

La transparencia de las votaciones es un apartado trascendente. Sobre el actual Consejo de Administración pesa una imputación de falsificación del voto en la última asamblea (7 de noviembre), a la que Roig no ha aportado pruebas que la desmientan. "Gane quien gane, que sea limpiamente", implora Juan Martín Queralt, catedrático de Derecho y uno de los valencianistas más respetados.

LAS ARMAS DE ROIG

El populismo. Su indiscutible poder de comunicación: un discurso plano y directo llega a parte del accionariado que identifica a Roig con el pueblo llano y a la oposición (que cuenta con dos ex consejeros del ex presidente Arturo Tuzón) con la clase privilegiada. Roig se disfraza de Robin Hood frente a los grandes accionistas, aunque él mismo es el segundo accionista del club.El control del ordenador. El Consejo de Administración tiene en su poder desde hace cinco días las acciones delegadas (los títulos que unos accionistas entregan a nombre de otros), con lo que conoce la orientación del voto de 47.300 acciones. El Consejo se ha negado a facilitar a la oposición el listado de las acciones delegadas.

Oposición sin líder. El grupo Salvem el Valéncia no ha hallado a nadie con el carisma suficiente para intentar enfrentarse dialécticaniente a Roig. Se lo ofreció al catedrático Martín Queralt, quien declinó por motivos personales. Además, este grupo cuenta con algunos ex consejeros tanto de Tuzón como del propio Roig, y pocas caras nuevas con tirón.

Poder coercitivo. El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, del PP, ha presionado a distintos empresarios castellonenses para que voten a favor de Roig, según denunció el ex consejero Juan Vicente Jurado. Otro ejemplo: el vicepresidente del Valencia Antonio Giner pidió la destitución de Roig en julio, pero rectificó cuando descubrió que no cobraría su contrato de obras con el club por valor de 100 millones de pesetas.

EN CONTRA DE ROIG

Las dimisiones. Convivir con Roig resultó insoportable para cinco de los directivos de su primer Consejo de Administración, que han dimitido escalonadamente y lanzando graves acusaciones contra él. Seis consejeros, algunos todavía en el club pidieron en julio pasado la destitución del presidente, que no se produjo por la rectificación de uno de ellos, presionado con no cobrar una obras para el club.Su mala imagen. El escándalo acompaña a Roig desde el mismo día en el que fue elegido presidente y destituyó como técnico del Valencia al actual seleccionador uruguayo, Héctor Núñez. Desde entonces una batería de acusaciones ha caído sobre él: concentración absoluta de poder, trato despótico a consejeros y empleados, malos modos, desprestigio de la entidad, chantajes, cobro de comisiones.... Una larga lista de enemigos, fuera y dentro del valencianismo, espera ver pasar hoy su cadáver como directivo.

El cuñado. El secretario técnico del club, Jesús Martínez, cuñado de Roig, ha sido muy criticado por la devaluación futbolística que ha propiciado en el equipo. Según el ex conejero Jurado, Martínez tiene un contrato con el Valencia muy ventajoso: 26 millones anuales por cinco temporadas y una cláusula que le permite ejercer de intermediario futbolístico al margen de su vinculación al club. El ex jugador del Valencia Luboslav Penev acusó a "los cuñados" [Roig y Martínez] de cobrar comisiones en los traspasos de futbolistas.