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Aparcado en el parque

Decenas de coches invaden cada día una zona verde de la Universidad Complutense

Antonio Jiménez Barca

En el parque de la Virgen Blanca, en la Ciudad Universitaria, trabaja un guardacoches espontáneo que cobra unos duros por cuidar vehículos. Pues bien, incluso él reconoce: "Esto es monte, aquí no debería aparcar nadie".En verdad, el guardacoches cuida también otro aparcamiento, más abajo, "que está mejor y donde no hay árboles". Pero el negocio se ha ampliado.

Los vecinos del distrito de Moncloa se muestran de acuerdo. Ya han denunciado que, de lunes a viernes, los automóviles invaden éste parque emblemático del barrio de Moncloa y acaban colocándose entre los árboles durante todo el día.

El hecho no es nuevo: en marzo de 1992, los vecinos ya protestaron por la misma causa y lograron que los coches desparecieran. Pero los vehículos han vuelto a aparecer tras las vacaciones del pasado agosto. La mayoría proviene del Hospital Clínico. El lugar exacto de la zona del parque invadida se halla entre la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense y la calle de Bartolomé Cossío.

Juan José Martínez, vecino del barrio, explica que el parque "es el de toda la vida de Moncloa". El suele pasear por allí, y cuenta que cada día se instalan "un centenar de coches". El viernes, controlados por el espontáneo y parlanchín guardacoches, había una cincuentena. "Pero normalmente aparcan más; los viernes, por lo general, viene menos gente", explica Martínez.

Leopoldo Arnaiz, director del Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria, entidad encargada de la reforma de la zona, reconoce que sobre la cuestión de los coches y el parque de la Virgen Blanca "hay un problema".

"Es cierto que los coches aparcan ahí; la solución consiste en poner una acera en la calle de Bartolomé de Cossío, que es la que limita con el parque, para que los vehículos no puedan acceder y ya está pensado. Lo que pasa es que Obras Públicas se comprometió a colocarla antes de final de año y todavía no lo ha hecho", piensa Arnaiz.

"Volveré a pedir al ministerio que coloque la acera", añade el director del consorcio, quien califica de "inmisericorde" a la gente que deja su coche en el parque. Además de la acera, Arnaiz, para disuadir aún más a los amigos de aparcar entre árboles su vehículo, piensa excavar una zanja.

En 1991, el Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria empezó a ejecutar una carretera que, en principio, iba a unir la avenida Complutense con Bartolomé de Cossío. Las quejas de los vecinos lograron parar la operación. De cualquier forma, las máquinas excavadoras se llevaron por delante unas decenas de árboles. Los vecinos reclamaron entonces que se repoblara la zona, cosa que se ha hecho a medias.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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