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El director de lidia que actuó en Parla no era el que figuraba en los documentos

JULIÁN MORALES Pablo Carnicero, comerciante de 42 años, actuó como jefe de lidia en el encierro del domingo en Parla (72.000 habitantes), donde murió Raúl Cañete, de 18 años, corneado por un toro. Pero no era quien estaba autorizado para hacerlo, según contrastó ayer este periódico en fuentes del Ayuntamiento de esa localidad (de alcalde socialista) y de la Comunidad de Madrid (dirigida por el PP). El corredor corneado permaneció durante 15 segundos a merced del toro, sin que ningún doblador -debería haber al menos 10- le echara rápidamente un capote. Normalmente, un matador profesional apenas pasa cinco segundos bajo las astas si es cogido por la res, puesto que la cuadrilla -apostada tras la barrera- acude presta a socorrerle.

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ADIÓS A RAÚL.

El director de lidia que actuó efectivamente como tal es presidente de una peña de Parla y gran aficionado a los toros, pero no figura inscrito en el registro de profesionales taurinos. Pese a ello, desde hace 12 anos se ha encargado de este menester en esa localidad madrileña. El Ayuntamiento soslayó el requisito establecido en el Reglamento Taurino -el director de lidia ha de ser un "diestro profesional"- inscribiendo como tal a otra persona, que luego no cumplió esa misión. Fuentes oficiales del Ayuntamiento de Parla -incluido el alcalde- no fueron capaces durante todo el día de ayer de facilitar el nombre del "novillero" que figuraba como responsable de la correcta organización del encierro y el auxilio a los corredores en caso de apuro. Unos dijeron que era "Armillita", y otros hablaron de "Astillita", sin más datos. Requerido por este periódico para que consultase los documentos oficiales al respecto, el alcalde manifestó que "no hay ningún papel de eso" en el Ayuntamiento. Fuentes de la Comunidad de Madrid se negaron también a facilitar el nombre del director de lidia que figuraba oficialmente, arguyendo que ya se había emprendido una investigación policial.

En el verano de 1992, en la plaza de toros de Torrelaguna (2.600 habitantes) murió otro corredor y tampoco nadie le echó a tiempo un capote -no había ni uno en la plaza-; allí figuraba como director de lidia un novillero -Leonardo Jesús Moreno- que ni siquiera sabía que hubiera sido inscrito para ello y que no se hallaba en el pueblo en el momento del encierro. Este hecho se conoció al publicar EL PAÍS su nombre. El novillero telefoneó a este periódico para aclarar los hechos. Un juez los investigó posteriormente, pero no encontró ninguna irregularidad.

El alcalde de Parla, José Manuel Ibáñez (PSOE), recibió una llamada urgente de la Comunidad -de ella dependen ahora los encierros- el viernes por la noche. ¿Motivo? Los papeles del festejo no estaban en regla y faltaba el nombre del director de Iidia. Poco después se improvisaría uno.

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Desconcierto general en el Ayuntamiento de Parla sobre los requisitos para el encierro

VIENE DE LA PÁGINA 1El interlocutor del alcalde en esa llamada urgente era Luis Mallo, director regional de Protección Civil, y había marcado el número del regidor a las doce y media de la noche del viernes (es decir, ya. en la madrugada del sábado). Faltaban los datos, del director de lidia y de los dobladores (10 por lo menos, según el Regla mento) que deben ayudarle con los capotes. Mallo le advirtió que si no se resolvía el problema no podrían celebrarse los encierros.

El alcalde avisó enseguida a la concejal responsable de Festejos, y, finalmente, se subsanaron las deficiencias el sábado por la mañana (apenas 24 horas antes del encierro donde fue cogido Raúl Cañete). Ya había un nombre para hacerle responsable de la correcta organización del festejo y de los dobladores.

Las distintas fuentes consultadas ayer por este periódico no fácilitaron los datos del novillero que figuraba como director de lidia. Pablo Carnicero, el director de lidia efectivo y presidente de la peña Don Popeye, presentado por el Ayuntamiento como "coordinador de la seguridad en todos los festejos taurinos de este año", reconoció que el director de lidia oficial "es un novillero que estuvo en la plaza y del que no recuerdo el nombre". Tampoco lo recordaba ningún responsable municipal. El alcalde apuntó el apodo de Armillita, mientras que técnicos del área de cultura creían que el apodo de este novillero era Astillita.

La concejal de festejos, Rosa Alcalá, reconoció ayer que des conocía cuál era la documenta ción necesaria para solicitar la celebración de encierros. "Ha bría que mirarlo", contestó tras ser preguntada.

El concejal de Seguridad, Carlos Milán, también ignoraba el nombre del director de lidia, aunque precisó que "no debe de haber ninguna irregularidad, porque si no el Gobierno regional no nos habría permitido celebrar el encierro".El resto de los concejales preguntados creían que Carnicero era el director oficial del festejo.El desconcierto era general ayer en el Ayuntamiento de Parla sobre los datos relativos al encierro y sobre la figura de su director, considerada fundamental por el Reglamento Taurino. Fuentes municipales reconocieron incluso que esas deficiencias estuvieron a punto de causar la suspensión de las fiestas patronales, ya que el director regional de Protección Ciudadana amenazó al alcalde -en la referida conversación telefónica- con impedir las fiestas (no sólo el encierro).El regidor reconoció ayer que en la noche del viernes al sábado recibió la referida llamada de la Comunidad de Madrid. Se le solicitó, según su versión, "documentación relativa a los encierros, imprescindible para poder celebrar las fistas". Según Ibáñez, "los de Cultura trabajaron toda la noche y el sábado por la mañana obtuvimos el visto bueno". Lo que ocurría sólo 24 horas antes del primer encierro, el del domingo, en el que murió Raúl.

José Manuel Ibáñez, el alcalde, añadió ayer a preguntas de EL PAÍS para recabar más datos documentados: "En este momento no hay un solo papel en el Ayuntamiento relativo a los encierros". El alcalde justificó esta falta de documentación apuntando que "ése es un tema de la Comunidad y del empresario taurino encargado". (No obstante, la responsabilidad administrativa y civil de los encierros corresponde al Ayuntamiento).El pasado 14 de julio, la Corporación aprobó conceder la organización de los festejos taurinos a la empresa Sarot, por 8.800.000 pesetas, y ahora estudia querellarse contra el. anterior concesionario, Felipe Triguero, por supuestas irregularidades en otros festejos.

La indemnización

El concejal de Seguridad, Carlos Milán, ha señalado que, pese a que la cuantía de la póliza de seguros para los encierros aprobada en el pleno es de 350.000 pesetas -como se informó ayer-, "contempla una indemnización en torno al millón de pesetas en caso de muerte, si el Ayuntamiento es declarado responsable civil subsidiario", según les informaron posteriormente sus servicios jurídicos. En teoría, esa póliza debe adjuntarse en la solicitud que se envía a la Comunidad de Madrid para que autorice el encierro.

Izquierda Unida, la única fuerza política que pidió la suspensión del segundo festejo tras conocerse la muerte de Raúl, criticó "la falta de dobladores Y recortadores durante los encierros". El portavoz de la coalición en Parla, Juan Ramón Duarte ' señaló que "con un toro de nueve años y 65.8 kilos de peso eran precisos más capotes en la plaza". El PP ratificó su "apoyo incondicional a los encierros siempre que se cumpla la ley", mientras que el PSOE local emitió un comunicado ayer en apoyo de la actuación de las peñas.

La falta de documentación precisa sobre los encierros hace que, por ejemplo, el toro que mató a Raúl tenga nueve años según IU, el concejal de Seguridad diga que eran, 10 años y las peñas lo definan como "un cinqueño con mucho sentido".

Abucheos en el entierro

, Raúl Cañete Mora, el joven de 18 años que perdió la vida el pasado domingo tías ser corneado en el encierro de Parla, fue enterrado ayer en el cementerio municipal de esa localidad madrileña.

Los restos mortales de Raúl, así como la comitiva fúnebre, partieron del tanatorio Sur de Madrid a las 9.30, y llegaron a Parla sobre las diez de la, mañana. Unas 2.500 personas, en su mayoría jóvenes, recibieron con aplausos la llegada del féretro.

El alcalde de Parla, el socialista José Manuel Ibáñez, no acudió, "por una importante reunión en Madrid".

Los asistentes abuchearon la colocación de una corona enviada por el Ayuntamiento y, tras la inhumación, los amigos de Raúl Cañete-Mora volvieron a lamentar "la falta de un capote o un quite a tiempo por parte de quien tenía que hacerlo".

Representantes de la peña taurina Don Popeye, coordinadora de la seguridad en los encierros, acudieron al cementerio, aunque no se acercaron a la familia ni se mezclaron con el restó de los asistentes, "para no avivar tensiones".

Los peñistas reiteraron que "aunque es lógico que la familia y los amigos busquen culpables, la primera cornada es la mortal y de ésa no le hubiera salvado nadie".

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