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Tres guardias civiles, investígados por exigir 500.000 pesetas a un emigrante

Tres guardias civiles del aeropuerto de Barajas van a saber realmente cómo investiga la Guardia Civil. Los hechos en que aparecen implicados ocurrieron en agosto de 1994, pero las pesquisas han llegado hasta ellos ahora. Los tres agentes, destinados en la aduana, exigieron presuntamente 500.000 pesetas a un emigrante español residente en Buenos Aires a cambio de no detenerle y dejarle viajar a Argentina como pretendía.Los guardias habían visto que el hombre llevaba dos. millones de pesetas encima -dinero que le había sobrado de su estancia en España- y le amenazaron con llevarle a la comandancia (lo que le habría supuesto perder el avión.) si no les daba medio millón de pesetas. El hombre les explicó que su avión estaba a punto de salir y que acompañarles le supondría perder el vuelo a Buenos Aires. Uno de. los agentes, uniformados, le llevó a un -aseo y le dijo que la única solución era que les entregase 500.000 pesetas. El hombre se las dio para no perder el vuelo" pero al llegar a Buenos Aires acudió al consulado español y denunció, lo ocurrido en un informe de cuatro folios, en. el que se mostraba "indignado y humillado" por lo que le había hecho la Guardia Civil de su país. Los tres guardias que trabajaban en ese turno han sido interrogados ya, y niegan los hechos.

El 30 de agosto de 1994,. Antonio C. D. -quien reside desde hace muchos años en Argentina, aunque tiene nacionalidad española- pretendía viajar a Buenos Aires tras dar por concluidas sus vacaciones en Madrid. Acudió al aeropuerto, con su billete reservado, para tomar un vuelo de Iberia que partía de Barajas sobre las doce de la nohe. Al aeropuerto le acompañaron dos de sus hermanos.

Cuando se disponía a pasar la sala de embarque, por la puerta 5 del aeropuerto madrileño, tres agentes de la Guardia Civil le cachearon y vieron que levaba encima dos millones de pesetas; y le pidieron que justificase la procedencia del dinero. Antonio explicó a los agentes que se trataba del dinero que le había sobrado tras su estancia en España. Uno de los guardias, según fuentes de la investigación, le dijo que debía acompañarle a la comandancia para aclarar el origen del dinero. El viajero reiteró su licitud y explicó que si les acompañaba perdería el avión, pues estaba a punto de salir, con los consiguientes perjuicios -que ello le iba a ocasionar.

Uno de los guardias le hizo gestos para que le acompañase hacia unos aseos del aeropuerto, en connivencia con los otros los agentes y con una tercera persona que, aunque no, iba uniformada, también parecia pertenecer al instituto armado.

Una vez en el aseo, el guardia comentó a Antonio que la única solución que veía para ue pudiese viajar esa noche, a Buenos Aires era que le entrease 500.000 pesetas.

El emigrante asegura que dio en mano las 500.000 pesetas a un agente uniformado

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El usuario, agobiado e impotente porque su avión partía y le impedían embarcar, no tuvo otro, remedio que abdicar, y le entregó, en mano el medio millón, de los dos que portaba. Pero nada más llegar a Buenos Aires lo primero que hizo fue visitar el consulado español, donde narré por escrito, lo que le había ocurrido en la, aduana de Barajas, siempre según fuentes de la investigación.Este escrito fue remitido posteriormente a España por vía diplomática. Antonio narra en su informe la "impotencia y humillación" que sintió en el aeropuerto madrileño, y no acierta a comprender cómo pudieron hacerle eso guardias civiles de su país, que suele visitar todas las vacaciones que puede.

Tras ser informados de la denuncia, los mandos de la Guardia Civil abrieron una investigación. Lo primero que hicieron fue verificar si Antonio había viajado a Buenos Aires el 30 de agosto del año pasado. Comprobaron que sí. Más tarde repasaron los estadillos para averiguar qué guardias civiles estuvieron de servicio ese día en la puerta de embarque número 5. Tal como cuenta Antonio en el escrito que presentó en el consulado, había tres.

Los tres agentes de la Guardia Civil que prestaron servicio ese día y en ese turno han sido interrogados ya por sus mandos, y los tres niegan haber participado en la fechoría que les imputa el viajero, a quien ninguno de los agentes dice recordar, afirman los citados medios.

Fuentes del instituto armado de la comandancia de Barajas admitieron ayer que están investigando el asunto, declarado secreto, y que se han abierto diligencias judiciales al respecto. La investigación, agregaron, sigue desarrollándose y, de momento, "no hay ningún resultado positivo".

Estos medios oficiales agregaron que la comandancia de Barajas "está interesadísima" en llegar hasta el fondo del asunto. "Ojalá pudiéramos llegar a buen fin, bien para aclarar si es cierto lo que dice el denunciante, y en consecuencia, depurar responsabilidades, o bien, si no es cierto, para que se restablezca el buen nombre de la Guardia Civil", razonaron.

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