El Sevilla alarga su angustia
Jiménez, a un minuto del final, marcó en propia meta
,La desolación regresó al Sánchez Pizjuán tras un negro mes de agosto. No hubo pancartas ni octavillas contra el nuevo proyecto económico del club. Tampoco gritos al palco. Simplemente la primera decepción deportiva de una temporada que nace torcida para el sevillismo. El Sevilla comenzó la Liga cediendo tres puntos en su estadio. Una jugada infortunada, con gol de Jiménez en propia meta a un minuto del final, deshizo unas tablas que hubieran reflejado mejor el resultado de un mal encuentro. El Tenerife logró el triunfo con un planteamiento conservador.El primer tiempo fue más sufrido que los 15 días durante los que el Sevilla tuvo perdida la categoría. Juego anodino, continuos errores en las entregas y ninguna combinación digna de mérito fue lo que Tenerife y Sevilla ofrecieron.
El Tenerife salió atrincherado en su parcela, tras un ordenado 4-4-2 que tenía su fin en la línea divisoria. A partir de ahí su juego se limitó a esperar pacientemente una jugada a la contra. Su bagaje en ese periodo fue altamente negativo: un disparo a puerta de Pinilla detenido sin dificultades por Unzué y Juanele en la enfermería con el hombro maltrecho tras caer en mala postura.
El dominio correspondió casi siempre al Sevilla, aunque el equipo de Tonino supo administrar la posesión del balón. Sin Davo Suker, el Sevilla -al igual que la pasada temporada- no es capaz de armar un ataque con posibilidades de gol. La victoria en el Sánchez Pizjuán sigue siendo su asignatura pendiente. Marcos y Moacir necesitan mucho tiempo para arrancar y las defensas rivales se ordenan sin aspavientos. Monchu sólo sorprende en carrera y Moya abusa del regate en situaciones de superioridad.
Tras el descanso el partido avivó su ritmo, pero mantuvo el mal juego. El cansancio provocó llegadas más claras, pero ambos equipos se mostraron nulos frente a los porteros. El juego no mejoró, aunque si hubo más ocasiones producto más de los fallos defensivos que de aciertos de los delanteros. Primero fue el Tenerife el que dispuso de una ocasión clara de gol. Una jugada de Chano acabó a un metro de la línea de gol tras un remate de Felipe. En el otro área el protagonista fue Ojeda. Primero salvó un cabezazo de Oulida. El debú del holandés del Ajax fue discreto.
Más tarde, desbarató una jugada de ensueño elaborada por la única alegría que se llevó ayer el sevillismo, la alineación durante nueve minutos de Carlos, un jugador de 18 años que pronto será presa de los grandes.
Cuando el empate parecía inamovible llegó el gol infortunado de Jiménez. Heynckes resumió con una frase acertada lo que dio de si su equipo. "También hay que saber ganar cuando no se juega bien".
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