Los pufos de la ‘condesa’
Una camaleónica estafadora se hacía pasar por aristócrata en los salones de baile
La última encarnación de María Jesús Doménech Ferreiros, alias La Generala, de 35 años, fue la condesa de Anglais. Con este falso título, que le abrió esta semana las puertas de la prisión de Carabanchel, coronó un historial delictivo compuesto por 15 identidades falsas, 12 detenciones y 6 órdenes judiciales de encarcelamiento. Todo un resumen de las andanzas de una camaleónica mujer que, según fuentes policiales, se elevó del papel de criada-ladrona en Chamartín al de Cuca, aristócrata en la noche de los salones de baile del barrio de Salamanca.
Alguien con el suficiente resuello para irse sin pagar de la elitista clínica Loreto, donde había dado a luz, o de abonar con talones sin fondo la cuenta del hotel Palace -cuatro estrellas- donde el 23 de julio se celebró el bautizo.
Una trayectoria que entró en declive a finales de julio, cuando en la comisaría de Buenavista recogió la denuncia de una boutique contra una mujer que había pagado con cheques sin fondos unas compras por valor de 120.000 pesetas.
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La 'condesa' se hacía pasar por asistenta para robar documentos
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El nombre que rubricaba los cheques condujo a los agentes hasta una asustada asistenta, quien riego haber cometido la estafa. Esta mujer, sin embargo, aportó una pista fundamental: recordó que en abril había sido contratada por una tal Carmen Echeverría para fregar y lustrar su piso de la calle de Hermosilla. Al poco tiempo de entrar a su servicio, la empleada se percató de la desaparición de su documento nacional de identidad. No tardó en sospechar, siempre según la versión policial, que su señora lo empleaba para cometer estafas.
Con este material, la investigación se encaminó a la búsqueda de la denominada Carmen Echevarría. Un camino tortuoso, Ni el nombre resultó verdadero ni el piso de Hermosilla (Salamanca) seguía habitado. El último dato señalaba que se había trasladado a otra vivienda del mismo barrio, esta vez, en la calle del Doctor Castelo. Al llegar la policía, se lo encontraron vacío y, como en el anterior caso, con el alquiler sin pagar. Doña Cuca se había marchado.
La pista resurgió de la mano de su descripción. Los agentes pasearon la foto de la sospechosa por bares, salones, discotecas del barrio de Salamanca. Emergió una vida oculta, la de una supuesta condesa de Anglais, noctámbula y enjoyada, ante la que los porteros se tocaban la visera. A las dos de la madrugada del sábado fue detenida en la sala Navy, en la calle del Marqués de Villamagna. La Generala ni pestañeó. Mostró a los policías un pasaporte estadounidense y negó toda acusación.Empleo fugaz
Las posteriores investigaciones demostraron que el pasaporte había sido robado en septiembre de 1994 a un matrimonio del distrito de Charmartín. La pareja, que buscaba asistenta, había publicado un anuncio en una revista. La Generala se presentó y consiguió el empleo. El 19 de septiembre a las siete de la mañana inició su primera jornada. Duró poco. A las cuatro horas abandonó el piso con la excusa de que iba a recoger un bolso que se había olvidado en el coche. Nunca mas volvió. Se había levado 800.000 pesetas y los documentos del matrimonio. Este procedimiento lo repitió en otras dos ocasiones con otras tantas víctimas, de Alcobendas y Madrid.
Las dos últimas denuncias que pesan sobre La Generala, ya convertida en condesa, se registraron en la clínica del Loreto y en el hotel Palace. En el centro sanitario -donde nacieron las infantas- pasó 10 días, se convirtió en madre y dio el adiós sin sacar una peseta de la cartera. Poco después, el 23 de julio, invitó a 35 amigos para celebrar el bautismo de su hijo en el Palace. El banquete costó 352.176 pesetas. La mujer abonó con dos talones sin fondos.
La policía asegura que La Generala ha sido detenida en 12 ocasiones. San Sebastián, Bilbao, Santander y Aranjuez, la vieron pasar.
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