Induráin no correrá la Vuelta porque no tiene "ni ganas ni ilusión" para ganarla
Por cuarto año consecutivo, el mejor ciclista del mundo, el español Miguel Induráin, no disputará la Vuelta, la competición ciclista más importante de España. El cinco veces ganador del Tour hizo pública ayer su negativa en Lugo, ciudad en la que terminó la Vuelta a Galicia, también ganada por Induráin. "No me encuentro al nivel necesario para ganar la Vuelta", dijo Induráin. "No tengo ni ganas ni ilusión". Fuentes de Banesto informaron de que el banco apoya la decisión de Induráin y de que la próxima semana se firmará la continuación del patrocinio por un año más.
La incógnita ha estado abierta varios meses, pero al final, pese a las presiones de todo tipo que han sufrido el corredor y su entorno técnico en el Banesto, la respuesta ha sido la más coherente con los planteamientos deportivos del corredor navarro. El documento que firmó el año pasado Banesto conjuntamente con Unipublic -organizador de la Vuelta- y el Consejo Superior de Deportes por el que se comprometía a la participación de Induráin en esta Vuelta para desbloquear su ausencia en 1994 ha sido respetado. En él se decía que la participación de Induráin no podría poner en peligro sus objetivos deportivos. Y la decisión la ha tomado Induráin libre e individualmente basándose en sus propias sensaciones. No se siente capacitado para ganar la Vuelta, simplemente. El cambio de fechas en la Vuelta, que se correrá en septiembre por primera vez este año -comienza el día 2 en Zaragoza-, ha sido fundamental en la decisión negativa de Induráin. Ese traslado ha supuesto un movimiento de fechas en el calendario. El Giro se adelantó una semana, por lo que su disputa como preparación para el Tour quedaba vedada. Por primera vez en su carrera profesional, Induráin sólo habrá disputado en 1995 una gran prueba por etapas, la que supuso su quinto triunfo consecutivo en el Tour. Pero lograr esa victoria significó para Induráin el mismo esfuerzo y sacrificio: ha terminado la carrera francesa con más o menos los mismos días de competición y el mismo número de kilómetros en sus piernas que los anteriores años, cuando corría el Giro antes. Está ya con dos grandes en su cuerpo. Todo ciclista considera descabellado intentar correr tres para ganarlas. Ya en febrero, su director declaró que lo ideal sería que corriera sólo una gran ronda en 1995.
Sin fuerzas
"No veo posibilidad de luchar por la Vuelta", dijo el navarro. "Después del Tour he sufrido un gran bajón. No me siento ni mucho menos como entonces. Estoy justillo, no voy muy bien. Veo mucho mejor a los que van a intentar ganar la Vuelta. Mi estado no es como el de Escartín o Jalabert, por ejemplo", según informa Pablo López.
La alternativa a la Vuelta parece ser la disputa del Mundial, que se corre el 8 de octubre, y el intento del récord de la hora, pero Induráin no las tenía todas consigo. "No tengo claro lo que haré ahora", dijo. "Prepararme en altura para el Mundial de Colombia también requiere muchos sacrificios, aunque sea sólo para una carrera de un día. Primero descansaré un poco y luego veré lo que hago". La disputa del Mundial en la altura de Colombia le ofrece una oportunidad única para comprobar las reacciones de su cuerpo a más de 2.500 metros de altitud, intentar ser el primer español en ganar el Mundial y probar, a continuación, batir el récord de la hora. Esta posibilidad sigue en estudio, pero su dureza asusta ligeramente al ciclista, lo que deja bien a las claras que su renuncia a la Vuelta tiene motivaciones únicamente deportivas. Cuando terminó el Tour, Induráin solicitó a sus directores que no le hablaran de la Vuelta, porque se sentía muy cansado.
En un principio se pensaba comunicar la decisión el pasado fin de semana, pero entonces ya surgieron las primeras dudas sobre la recuperación post Tour del corredor. Se le vio demasiado bien, como un hombre que quema sus reservas sin pensar en el futuro. Se aplazó la decisión una semana, hasta ayer, para ver lo que pasaba en la Vuelta a Galicia. Induráin quemo sus naves el primer día, pero la prueba de fuego, ver cuál era su capacidad de recuperación y el estado de forma de sus posibles rivales, no la pasó. Cada día le costaba más aguantar los ataques de sus rivales.
El cansancio de Induráin es sobre todo psíquico. La conquista de un Tour son seis meses de tensión y concentración. Ningún momento libre para dedicárselo a sí mismo. Todos los años, Induráin se sentía psíquicamente liberado al terminar el Tour. El 1 de agosto era un hombre nuevo. Éste también ha querido serlo. La Vuelta no ha tenido el suficiente sex appeal.
Hay Banesto para rato
El banco respalda la decisión de Induráin de no correr la Vuelta a España. Fuentes de la entidad manifestaron ayer a EL PAÍS que "la entienden, la comparten, la apoyan y la mantienen".Y no sólo eso. Sugirieron también que las relaciones entre el ciclista y el banco son magníficas y van para largo. De momento, aseguraron que en muy próximas fechas" se firmará el acuerdo por el que Banesto patrocinará una temporada más el equipo ciclista.
Además, está prevista una reunión para la vuelta de vacaciones veraniegas en la que se contemplaría la planificación del equipo ciclista para años sucesivos. En esta reunión, vestida sobre el mantel como un encuentro sin contenido, estarán el presidente de Banesto, Alfredo Sáenz; el consejero-delegado, Víctor Menéndez, y el director general Luis Abril, por parte del banco, y Echávarri e Induráin.
La próxima temporada Banesto destinará al conjunto que dirige Echávarri un monto aproximado de 2.000 millones de pesetas.
Sobre la decisión de no correr la Vuelta, los responsables de la entidad financiera creen que en la actitud de Induráin priman los criterios médicos y que no debe sorprender a nadie. En el documento firmado el año pasado entre el banco y el equipo ciclista que patrocina y Unipublic se contempla que Induráin correrá la Vuelta a España siempre que no surgiera algún perjuicio deportivo para el corredor. Esta cláusula deja las manos libres al ciclista y es "absolutamente entendida por el banco", dicen las fuentes consultadas. "Siempre es bueno que Induráin esté en primer plano, pero nosotros entendemos que hablamos con personas y respetamos sus decisiones".
Pero el banco, según las fuentes consultadas, no ha presionado pata que el cinco veces ganador del Tour corriera la Vuelta, con independencia de sus intereses comerciales. "El equipo tiene libertad total para elegir los corredores que quiera en la prueba que quiera".
La posibilidad de que Induráin corriera la Vuelta y saliera perjudicado en su estado físico para el próximo año perjudicaría, a su vez, los intereses comerciales de Banesto. Esto es tenido muy en cuenta en la entidad, ya que el próximo año Induráin volverá a correr el Tour con el maillot de Banesto tras el acuerdo alcanzado para seguir patrocinando al equipo ciclista un año más. Y correr -y ganar- el Tour parece que cumple con todo. Se estaría además ante la posibilidad de conquistar el sexto Tour, una hazaña sin precedentes, en la historia de la carrera francesa.
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