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Entrevista:

"Hay mas humildad y arte en el flamenco del Sur que en Madrid"

Antonio Montoya Flores, El Farruco, aprendió a bailar imitando el paso de los caballos cuando era tratante de ganado. Así nació el baile canastero. Después de varias giras en compañía de artistas como Pastora Imperio puso su estudio en Sevilla. Allí ha vivido 58 de sus 60 años, aunque nació en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y se casó con una gitana de Lavapiés. Ahora vuelve a la capital con toda su saga de bailaores para actuar en el Conde Duque.Pregunta. ¿Por qué no se quedó á vivir aquí?

Respuesta. Lo que pasa es que me tira más Despeñaperros pa' bajo, porque veo más arte y humildad en el flamenco de allí. Aquí, con las ganas de triunfar que hay, estan haciendo con el flamenco escarnio. Fabrican los bailes que parecen de plástico.

P. ¿Qué es lo que no le agrada?

R. El flamenco no tiene nada que ver con salir desnudo por soleá. Es antiestético, tanto en el hombre como en la mujer. No lo digo por Cortés o Canales, sino que un hombre bailando por soleá tiene que estar serio y vestido de flamenco y la mujer tampoco debe salir con el ombligo al aire como si fuera un baile oriental.

P. ¿No cree que eso puede ser una evolución para el flamenco?

R. Eso no aporta nada nuevo, es defraudar, y para atraer al público hay otros bailes. A mí no se me ocurre menear el culo como la Betty Boop.

P. ¿Y si uno de sus nietos bailarines le sale un día con que quiere salir desnudo al escenario?

R. Si yo vivo, no, no. Uno tiene 7 y otro 12 años, y son bailaores bailaores, no se les ve nada de afeminaos. El bailaor ha sido macho y muy señor, nunca ha sido ambiguo.

P. ¿Aplica mucha mano dura para mantener a una dinastía como la suya dentro de esos límites?

R. No es mano dura, sino enseñarles lo que es un bailaor y una bailaora. Hablándoles y dando el ejemplo de ser muy macho, tanto en la calle como en las tablas.

P. ¿Qué consejos da a sus nietos bailaores?

R. Que sean muy humildes, cariñosos y respetuosos en la calle, pero que cuando digan sí, que sea sí, y cuando digan no, sea no. Y que en las tablas que no haya amigos, para ellos, en las tablas sólo son ellos los que bailan.

P. Parece que prepara a sus nietos como los que obligan a sus hijos a jugar tenis con cuatro años.

R. Yo a mis nietos no les enseño a bailar, les enseño a que me escuchen. Lo hacen, siguen mis consejos y luego lo ejecutan. Así les he enseñado a todos.

El futuro. Recital flamenco de Antonio El Farruco. Cuartel del Conde Duque. Viernes 18 y sábado 19, a las 22.00 Precio: 2.000 y 2.500 pesetas.

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