Colas desesperantes
Le dirijo estás líneas para manifestarle el grave problema que los usuarios de la nacional VI venimos soportando y padeciendo al atravesar el pueblo de Guadarrama, en la provincia de Madrid. La travesía del mencionado pueblo está sembrada, en un espacio relativamente breve, de semáforos. No dudo de la bondad de las razones que motivaron su implantación y la seguridad que los mismos comportan.
Lo que realmente es difícil de entender es cómo por la autoridad municipal y, si no fuera competencia de ella, por la Dirección General de Tráfico, no se toman las oportunas medidas para que en días concretos y en horas punta se agilice la circulación en la mencionada travesía, a fin de evitar las desesperantes colas que habitualmente se producen.Entendemos todo lo inteligible, pero no alcanzamos a comprender que precisamente en los días y horas señalados no se sitúen agentes (municipales o de tráfico) que regulen y agilicen, para evitar que la travesía en cuestión suponga la pérdida de hora u hora y, media.
Evidentemente, por el túnel de Guadarrama el problema queda obviado por el módico precio de 405 pesetas. ¿Cabe pensar si las demoras que se producen no tratan de crear un ambiente disuasorio en los usuarios de la nacional VI y dirigirlos a la utilización de la autopista que regenta la concesionária Iberpistas, SA?
La Agrupación de Tráfico de la zona debería tomar la iniciativa y utilizar adecuadamente, sus efectivos, para que en las zonas y horas de mayor densidad de tráfico éstos resultaran operativos. Habitualmente nos tienen marcadísimos, emitiendo denuncias a la más mínima opción que se les plantea, pero, a sensu contrario, cuando más se les requiere brillan por su más exquisita ausencia. Obviamente, es paradójico.-
