Cacho: "Espero no haber llegado a mis límites"

Miguel Ángel Mostaza, apoderado de Fermín Cacho, tenía contratado al atleta para competir en las tres reuniones más prestigiosas que quedan por disputarse en el calendario: Zúrich, Bruselas y Berlín. La primera, que es el miércoles, por lo pronto se la pierde.La recuperación va a mantener a Cacho inactivo esta semana; será la siguiente cuando se asome a Europa para intentar sacar resultado de la preparación que ha seguido esta temporada, la más fuerte de toda su vida, según su entrenador, Enrique Pascual.

"Jamás se había entrenado tanto y tan bien Cacho", asegura el técnico. "El trabajo aún puede salir a relucir a pesar del parón que va a tener estos días. En cualquier caso, la preparación que ha seguido siempre servirá de base para el próximo año, que es el de la suerté, porque tocan Juegos Olímpicos".

Cacho, que por primera vez conoció lo que. es salir de la pista sin tener que cumplir con el protocolo de las grandes competiciones -podio, conferencia de prensa oficial, agasajos, compromisos..,", también tuvo que responder a preguntas que jamás se imaginó que le pudiera hacer a sus 26 años: "Después de no haber sido capaz de repetir su victoria de 1992 y de estar cada vez más atrás en la. clasificación mundial, porque no rebaja sus marcas, ¿cree que ha llegado a sus límites".

Le costó trabajo responder. Ésa era la cruel imagen de la realidad, pero desnuda, sin matices. Y respondió: "Por, ahora mi límite está en 3.32 minutos, pero espero que no sea ése. Mi preparación siempre ha ido encaminada a los campeonatos, no a correr rápido. Es verdad que cada vez hay más gente que corre en unas marcas mejores que las mías, hay que admitirlo, pero sin que llegue al extremo de que me dejen fuera de las reuniones que se celebran en Europa".

Ahora aguardan cinco días de reposo y maIsaje; después, regreso por las mañanas al bosque de Valonsadero, en Soria, y por la tarde, entrenamientos muy rápidos sobre la pista de atletismo. Después, viaje a Bruselas, para tomarse la revancha. Allí no tendrá más rivales que sí mismo, para demostrarse que no está acabado. Lo que necesita es confianza. El resultado de ayer le dejó seriamente afectado. "Nunca jamás", se repetía. Las molestias sonaban a excusas y no quería aceptarlas. Su obsesión era el no volver a salir de la pista como un perdedor: "Te deja tan mal sabor de boca, que te niegas a volver a paladearlo".