Bragado, sin aire, fue quinto
El español no pudo ser el primer marchador en repetir triunfo
Fueron 50 kilómetros, o casi cuatro horas de, competición, para nada. Porque Jesús Angel García Bragado ni siquiera subió al podio en una prueba, a marcha, que comienza a ser esquiva para los españoles. Ni Valentín Massana en 20 kilómetros, ni García Bragado, ayer, pudieron revalidar sus títulos de' campeones mundiales, como tampoco el año pasado lograron serlo de Europa. Para los técnicos y los propios marchadores, el quinto puesto de Bragado tiene su importancia, porque quiere decir que se mantiene firme en la lucha por las medallas, que lo que pasa es que unas veces ganan unos y otras, otros; ocurre que desde hace dos años vienen mal dadas. Para quienes piensan que ser quinto en unos Mundiales es poco, Bragado tiene respuesta contundente: "Si lo que quieren son medallas, las tendrán. Yo las seguiré dando".Bragado compitió bien, con resistencia y prudencia, durante 30 kilómetros. Era cuando, junto con una docena de marchadores más, perseguía a un chino. No preocupaba; su estilo le delataba que no estaba en la misma forma que entonces. Era fruta madura. Tanto lo fue que acabó por los suelos, desfallecido, porque cuando lo cogieron quiso soportar los ataques. de. quienes se comenzaban a disputarse las medallas.
Ese momento tampoco lo olvidará fácilmente Bragado: "Yo iba extraordinariamente bien, sintiéndome incluso cada vez mejor, pero atrapamos al chino y me sentí nervioso de repente. Comenzó a faltarme el aire de los pulmones y me quedé. Algo inexplicable. No me sentía cansado, pero tampoco podía marchar".
Al final, Bragado, quinto. Su posición en el grupo de elegidos, una vez iniciados los ataques serios, le duró cuatro kilómetros, del 31 al 35. Después se despidió de la compañía del chino que se desmayó, de un bielorruso que fue descalificado y de Kononen (Finlandia), que luego sería el campeón. Es decir, a poco que hubiese aguantado ahora sería al menos segundo del mundo.
Algo realmente extraño le pasó, porque Bragado es capaz de recorrer kilómetros indefinidamente, cada uno de ellos en cuatro minutos y medio. Ése fue el ritmo de marcha durante los primeros 30'kilómetros, que se ajustaba a la perfección a sus condiciones. Sus fuerzas permanecían intactas, porque sólo comienzan a disminuir cuando lanza un ritmo de ataque, capaz entonces de realizar cada kilómetro en 4. 10 minutos. Mantener esa velocidad frenética, cuando se habla de alguien andando, durante media hora supone un desgaste demoledor. Bragado estaba preparado para soportarlo ese tiempo y más. No tuvo ocasión para ello.
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