Ideas trasnochadas
No contento con aprovechar su columna para proponer soluciones tercermundistas para nuestro sistema de pensiones o de alardear de su capacidad para crear sindicatos que realmente defiendan los intereses de los trabajadores, ahora el señor Pedro Schwartz trata de resucitar la trasnochada idea del bono escolar. El bono escolar consiste en una asignación económica algo inferior a los costes de escolaridad en un centro público que sólo puede consumirse en un centro escolar privado. Es algo así como si en lugar de utilizar el transporte público utilizas tu coche y le pides al Estado un bono para consumir gasolina. Con el bono escolar las posibilidades de aumentar la ya muy elevada desigualdad ante la educación se incrementaría considerablemente. En nuestro entorno europeo, Margaret Thatcher trató sin éxito de convencer a su partido para introducir este sistema en el Reino Unido.El bono escolar se ha ensayado con estruendoso fracaso en localidades como Little Rock, en California. Así lo explicó Maravall siendo ministro de Educación en la -presentación de la LODE y no se suscitó ningún debate sobre esta cuestión. En España el bono. escolar fue concebido más bien como una estrategia que reforzara los aspectos más reaccionarios de la llamada libertad de enseñanza. En nuestra legislación las ayudas económicas públicas las reciben los centros, lo que les obliga a habilitar los mecanismos democráticos de participación de la comunidad educativa que consagra la LODE.
Si la subvención (el bono escolar) la recibieran las familias, el centro no tendría que alentar la gestión democrática. Ahora, con la llegada de Villapalos a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, el señor Schwartz ha descubierto un nuevo Mediterráneo.
Por cierto, ¿por qué los lectores de EL PAÍS hemos de pagar una columna más propia de un diario de extrema derecha?-
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