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CERRADO POR VACACIONES

La metropoli aletargada

Autobuses frescos, vagabundos solitarios, comercios vacíos y policías tranquilos, en una ciudad a medio gas

Joseba Elola

Las vacaciones del mes de agosto han hecho mella en Luis, un vagabundo de 23 años. Solía vender cerca de 70 ejemplares de La Farola, la revista de los sin techo, en cualquier calle concurrida de la capital, En estos primeros días de agosto le cuesta rebasar los 25. "La zona de la plaza de Cataluña está desierta y en Atocha tampoco hay nadie", se lamenta. Afortunadamente, tiene un amigo que se ha podido ir de vacaciones y que le permite encargar se de su puesto, en la calle de Serrano. "Por la mañana se ve algo de gente, pero por la tarde, esto se queda vacío", cuenta.La encargada de la bombonería La Santa, en Serrano, también sufre con el éxodo veraniego: el 80% de su clientela desaparece: "Entre que no es época para vender chocolate y que la gente se va, se hace difícil ver entrar a los clientes", dice. A pesar de todo, le compensa mantener la tienda abierta. Cuestión de cubrir los gastos del alquiler.

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Algo parecido les ocurre a los comerciantes del mercado municipal del Puente de Vallecas. Hace dos años acostumbraban a establecer turnos cuando llegaban las vacaciones: un pescadero sustituía a otro y de ese modo no faltaban las merluzas en los platos de la vecindad. Pero los buenos tiempos pasaron. Este año no más de 12 de los 400 puestos que componen el mercado permanecerán cerrados en agosto. La gente no se va porque, está jodía", comenta Victoriano Taravilla, pescadero de 52 años y miembro de la directiva del mercado. "Además", dice, "el que cierra se va una semana. Nadie se escapa todo el mes".

A Yolanda le cuesta vender bragas y calzoncillos en agosto. "Y eso que son prendas que no pasan de moda", dice desde el mostrador Berlín Industrial, una tienda del barrio vallecano. Además del verano, a Yolanda le afecta la crisis: "Donde antes endías 100 pantalones, ahora on sólo 50% comenta. "En julio el negocio funciona porque la ente prepara sus vacaciones.

Pero este año, el mes ha sido malísimo". Hay un dato maldito: el número de comercios que cierran este mes. Es imposible saberlo, o al menos, a la Consejería de Economía de la Comunidad no le parece relevante. Tampoco lo sabe la Cámara de Comercio.

El propietario de uno de los quioscos de la avenida de la Albufera también se lamenta de la llegada del verano. A las siete de la tarde tiene la pila de dos diaríos de tirada nacional prácicamente intacta. "La gente también es muy cómoda", dice, "Ies molesta tener que andar un poquito para conseguir la prensa", indica. El colectivo de vendedores de prensa se suele oranizar para el verano con el fin de no dejar ninguna zona desabastecida. De los 1.200 quioscos que hay en Madrid, cerca del 46% tomaron sus vacaciones el año pasado en el mes de agosto.

Los madrileños también tienen que reformar sus rutas diarias para buscar una farmacia abierta en el barrio: la mitad -897 de 1.794- cierran en agosto. Pero el usuario recibe al menos información del lugar en que se encuentra la farmacia más cercana. "Los servicios de urgencia se mantienen durante todo el año", afirma José María Martín del Castillo, vocal de la junta de gobierno del colegio de faarmacéuticos. "Siempre hay de 25 a 27 farmacias abiertas 24 horas, al día" . Las ventas de medicamentos con receta de la Seguridad Social caen un 45% durante este mes. Antidiarreicos ycremas contra las alergias que provoca el sol -sobre todo para los habi tuales turistas con color de gamba- están entre los productos más demandados Lipotimias, golpes de calor, resbalones en la piscina, dificultades respiratorias, picaduras de insectos y ahogos. No es el cuadro médico de un desafortunado paciente, sino la lista de casos más frecuentes de intervención de los voluntarios de la Cruz Roja, que pasan a ser 40, de 280, en agosto. "En este mes estamos muy tranquilos", cuenta Alberto de Castro, del programa de socorro y urgencia de la Cruz Roja en Madrid. Ya no tienen que ir a los campos de fútbol, no hay demasiados conciertos de rock ni carreras populares. A pesar de todo, reciben numerosas llamadas del tipo: "Por favor, lleven a mi suegra al pueblo, que está impedida, y yo no puedo", cuenta De Castro. "Nos negamos a hacer estos servicios a menos que sea gente sin medios o socios de la Cruz. Roja", dice.

El hospital Gregorio Marañón reduce en, un 25% su personal, compuesto por 6.000 trabajadores. Las operaciones programadas caen en igual medida, aunque no las de urgencia. Ancianos con problemas derivados del calor -deshidratación, complicaciones respiratorias- son unos de los pacientes tipo del mes de agosto.

Las llamadas al 061 del Insalud son también un buen indicador de la menor actividad estival: si la media se sitúa en 1.800 en cualquier mes del año, en agosto no se llega a las 1.200. De las nueve ambulancias que maneja el Insalud, ocho permanecen en su puesto en agosto, mientras una se desplaza al Escorial.

n los autobuses ya se ven menos abanicos y más sonrisas: todos los que siguen funcionando tienen aire acondicionado. Las muecas del relax se tornan en un amplio repertorio de exclamaciones y comentarios cuando los viajeros reciben la bofetada de calor que les espera al abandonar el frescor sobre ruedas. "Tendría que haber aire acondicionado los tres meses de verano", comenta Julia, ama de casa de 45 años. "Lo que pasa es que hay algunos en los que, incluso hace demasiado frío. Pero mejor eso que andar sudando", dice. En un día normal del año, 1.600 autobuses circulan por las calles. En agosto, 850. La ventaja está además en que, al haber menos tráfico, los autobuses mejoran su puntualidad: la velocidad media aumenta de 14 kilómetros por hora a 16. "Reducimos a la mitad el número de autobuses, pero, como van más rápido, damos más servicio y de mejor calidad", comenta José Manuel Pradillo, responsable en la concejalía de Transportes del Ayuntamiento.

El metro se convierte en verano en un espacio sofocante. El calor en el subsuelo provoca una caída algo mayor de la demanda con, respecto al autobús: la reducción es del 50%.

Las calles están más tranquilas. En algunos rincones de la capital, los bocinazos indiscriminados se convierten en un triste recuerdo. que amenaza con reaparecer en septiembre. La intensidad del tráfico, no obstante, sólo se reduce un 23%, mientras la velocidad media pasa de 24 kilómetros por hora a 32. La reducción de la flota de taxis -la mitad desaparecen- contribuye también a una mayor fluidez del tráfico. No existe regulación alguna para organizar los turnos de vacaciones de los taxistas, con lo que el mercado opera a su antojo. "Nunca ha habido problemas de desabaltecimiento", comenta Pradillo. La demanda en los aparcamientos municipales también se reduce a la mitad.

Los cacos se van de vacaciones este mes, y, con ellos, los agentes. En la Policía Municipal, se procura mantener la misma proporción de agente por vecino del resto del año, por lo que la plantilla se reduce un 40%. "Corresponde a la disminución que se produce en las incidencias", señala Antonio Montejano, jefe de relaciones externas. Las cifras del año pasado muestran que disminuyen los accidentes -298 en marzo, 163 en agosto-, los atropellos -140 en mayo, 63 en agosto-, las llamadas al 092 -104.583 en mayo, 72.473 en agosto- y los servicios de escolta a personalidades -580 en octubre, 156 en agosto- entre otras variables. Pero hay un dato en el que se produce un aumeno: las denuncias a quioscos, terrazas veladores -ennero 71, en agosto 702- "Las quejas de los vecinos por ruido son muy comunes", comenta Montejano. Los robos en las casas desocupadas también aumentan. En el Cuerpo Nacional de Policía se produce una redistribución de efectivos: una parte de los agentes que trabaja en Madrid se traslada a la costa. La Jefatura Superior de Policía, la Dirección General y la Delegación del Gobierno se negaron a ofrecer datos sobre el número de policías en Madrid.

La mayoría de los jueces, abogados y fiscales también cuelgan sus togas en agosto. Con ellos se van también el trajín y la bulla (cualquier día laboral visitan los juzgados unas 3.000 personas) que caracterizan al edificio judicial, informa José Antonio Hernández. Al ser agosto un mes in hábil, los pasillos del mastodóntico edificio han logrado descansar (de algunos de sus más asiduos e insignes visitantes. En la plaza de Castilla cabe colgar en agosto un imaginario cartel con Vuelva usted en septiembre, con una apostílla: Sólo urgencias. En realidad, la parálisis no es completa. Unicamente funcionan con absoluta normalidad los tres juzgados del turno de guardia (los dos destinados a interrogar a los detenidos que lleva diariamente la policía a los calabozos y el que se dedica a las incidencias del día). Los 27 Juzgados de lo penal de plaza de Castilla (cuya actividad normal se centra en celebrar juicios) no hacen ninguna vista y casi todos sus titulares se van de vacaciones. La Audiencia Provincial de Madrid también se embriaga de sosiego en agosto: sólo se quedan trabajando tres magistrados.

Los últimos días de julio son los peores en el Registro de la Propiedad. El perfil de ejecutivo que quiere dejarlo todo atado antes de irse de vacaciones abunda incluso en los primeros días de agosto. Más de uno aprovecha para presentar documentos ya rechazados, a ver si cuelan al haber menos personal. Los 100 registros que hay en Madrid permanecen abiertos, pero la actividad cae en un 70% hasta la última semana del mes.

Los notarios también tienen derecho a vacaciones, y lo ejercitan dejando un sustituto. Pero son las llamadas al servicio de información municipal 010 uno de los mejores indicadores del éxodo estival: caen cerca de un 40%

De los 22 puestos telefónicos de atención del 010, se calculé mantener 16 en activo para agosto. "Pero he tenido que subir a 18", comenta Enrique Pozo, jefe de servicio del 010. "Las mañanas siguen siendo activas".

Hasta septiembre, la metrópoli no espabila.

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Sobre la firma

Joseba Elola
Es el responsable del suplemento 'Ideas', espacio de pensamiento, análisis y debate de EL PAÍS, desde 2018. Anteriormente, de 2015 a 2018, se centró, como redactor, en publicar historias sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad, así como entrevistas y reportajes relacionados con temas culturales para 'Ideas' y 'El País Semanal'.

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