La puntualidad del correo español sigue en la cola entre los países europeos

La asignatura pendiente del correo en España son los envíos internacionales. Una auditoría de los correos europeos revela que la puntualidad española hacia y desde Europa es de las más bajas del continente, pero del año pasado a éste se ha ganado casi un día en la entrega de envíos desde que todos los tráficos internacionales se concentraron en Madrid y Barcelona.

Lo peor que le puede pasar a un extranjero residente en España es recibir la suscripción de su periódico con semanas de retraso. Los lectores fieles soportan un envío defectuoso, pero no el desfase de la actualidad.La mayoría de los usuarios extranjeros que viven en España o los españoles que dependen del correo exterior han tolerado con estoicismo la recepción de los envíos con varias fechas de retraso. Parte de esas demoras se han debido a que los efectos postales desde o para el resto de Europa se encaminaban sin un control que permitiera saber dónde se producía el fallo y por qué.

Hasta ahora los correos de cada país montaban sus propias auditorías con métodos dispares que impedían normalizar el procedimiento para detectar quién era el culpable del retraso.

Desde el año pasado, la asociación que agrupa a 21 de los mayores operadores de correos del mundo (International Post Corporation) ha encargado a Price Waterhouse un control de calidad único para seguir el rastro de 1,3 millones de envíos a través de 323 vías fronterizas, 700 regionales y 275 urbanas. Próximamente, algunos de estos envíos irán provistos de un chip para seguirles la pista por control remoto. Dos veces al año se hacen públicos los resultados de la auditoría.

Los primeros datos de 1994 situaban al correo español entre los más lentos, sólo aventajado por los de Grecia, Portugal e Italia, que tiene el más lento de Europa. Un año después (véase gráfico adjunto), el porcentaje de envíos hacia o desde España ha registrado una ganancia de casi un día en la entrega.

Esta mejora se ha logrado, según Adela Domínguez (jefa de atención al cliente de Correos) por la concentración en Madrid y Barcelona de todos los envíos postales exteriores, que hasta ahora estaban dispersos por todas las capitales de España.