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Villar Mir: "Yo estaba en el camino, no tenía por qué mover la silla a Ramón Mendoza"

Carlos Arribas

"Dimití porque había una diferencia de interpretación sobre el alcance de las facultades del equipo económico". Sutileza con sutileza se paga. Si el lunes pasado el presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza, dejó caer, sin recurrir a la acusación directa, que el dimitido vicepresidente económico, Juan Miguel Villar Mis, intentaba un golpe de Estado, el acusado respondió ayer, en su primera comparecencia pública, una semana después de su dimisión, con más arte floral. "¿Cómo voy yo a intentar moverle la silla a Mendoza?", dijo Villar Mis. "Yo ya estaba en el camino definido".

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"El presidente me había repetido en multitud de ocasiones que él se iría a los dos años y que yo debía entonces sustituirle". Villar Mir también tiró de sutileza para vengarse. No hizo público ningún papel sucio ni ningún escándalo; simplemente reveló el penoso estado financiero del club: una deuda bruta de 13.600 millones de pesetas —10.800 millones con que se iniciaron la temporada más los 2.800 en que ha aumentado—, un fondo social negativo y ausencia de dinero para pagar a jugadores y técnicos los 1.600 millones que se les adeudan de la ficha del primer semestre de 1995.

Villar Mir hizo acto de fe madridista y mendocista no sólo de palabra. Una insignia con el escudo del club brillaba en su solapa izquierda. Le acompañaban en su declaración de los seis directivos del equipo económico del Madrid que dimitieron con él el pasado jueves. "Sigo siendo amigo de Mendoza", dijo, "así que no le voy a culpar de interpretar sesgadamente el pacto preelectoral por el que nos incorporamos a su candidatura, pacto que no ha respetado". El pacto entregaba a Villar Mir y a su equipo la total responsabilidad en las decisiones de tipo económico y empresarial. El compromiso se rompió en la práctica, según Villar Mir, cuando la junta directiva no aceptó su propuesta de proponer a la asamblea de socios la venta de la Esquina del Bernabéu ni su idea de sustituir al gerente, Manuel Fernández Trigo.

Sin embargo la tensión en la directiva entre los dos bandos comenzó ya el 23 de febrero el día de su toma de posesión "En aquellos momentos", revéló Villar Mir, "ya pensé en dimitir". Aunque Mendoza ha asegurado que el dimitido -vicepresidente conocía todos los entresijos del club y el estado las puertas cuando se hizo cargo del área económica, Villar Mir afirmó ayer que se llevó una gran sorpresa cuando, ya en el cargo, se enteró de que el presupuesto para la temporada 1994-95 ya preveía unas pérdidas de 2.421 millones. El fondo social del club entraba en números negativos", dijo Villar Mir. "La única solución era vender nuestro único activo inmueble vendible; la Esquina del Bernabéu, a menos que se conceda permiso para la Esquina Sur de la Ciudad Deportiva. Por eso no firmamos las cuentas: no podíamos asumir la gestión de otros si no se aceptaba nuestra solución".

"Con esa deuda, además", añadió Villar Mir, "se ha generado un déficit de más de 2.000 millones en una tesorería ya muy insuficiente. No hay dinero en las arcas para pagar el segundo semestre de la pasada temporada de la ficha de jugadores y técnicos, unos 1.600 millones de pesetas". El ex vicepresidente aprovechó para revelar —"no lo pude decir porque Mendoza había dado instrucciones de que nadie hablara"— que una empresa suya había adelantado los 1.000 millones con que se pagó a los jugadores el primer semestre de la pasada temporada —"un dinero que aún no se me ha devuelto en su totalidad"— y que el fichaje de Esnáider había sido posible por su capacidad para generar los cinco millones de dólares (unos 590 millones de pesetas) a que ascendió. También informó de que habían logrado mantener la deuda a cortó plazo en 4.900 millones gracias al haber transformado 3.600 millones en deuda a largo plazo.

Los avales

El ex vicepresidente económico del Real Madrid minimizó el riesgo de "catástrofe ecológica" a que se refirió Mendoza por el asunto de los avales. "No hubo ningún riesgo", aseguró. "Aunque la cantidad exacta de los avales no se podía saber hasta última hora, el presidente ha estado continuamente informado. En estos meses le he pasado una docena de informes con todas las previsiones al detalle. Estoy seguro de que a la última reunión de la junta, tanto Lorenzo Sanz, como Mendoza, como yo fuimos con todas las gestiones hechas para tener preparados los avales. Y cualquiera de los tres podía haber avalado individualmente".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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