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México empieza a salir del túnel

La crisis financiera remite, aunque persisten el fuerte paro y la elevada inflación

México Han pasado los tiempos, muy cercanos todavía, en que el secretario (ministro) de Hacienda de México, Guillermo Ortiz, vivía más tiempo en Washington y en Nueva York que en el Distrito Federal.Han desaparecido, también las peticiones sobre la suspensión o renegociación de la deuda externa mexicana que demandaba la oposición en los críticos momentos en que la Administración de Ernesto Zedillo negociaba una ayuda financiera intemacional que finalmente obtuvo por 50.000 millones de dólares. La Bolsa se recupera a marchas forzadas con jornadas que registran alzas espectaculares del 5% en un ambiente de euforia contenida. Y el peso, que llegó a devaluarse más de un 120%, se estabiliza hoy alrededor de seis unidades por cada billete verde, cuando llegó a rondar los ocho tras la catástrofe del 20 de diciembre de 1994.

Ni siquiera el anuncio del bloqueo, por parte de la Cámara de Representantes de EE UU, de 7.500 millones de dólares de ayuda ha disparado la intranquilidad en México. El E ejecutivo de Zedilo confía en obtenerlos finalmente, si bien reconoce que no son tan urgentes como hace unos meses. De hecho, ya se han recibido 12.500 millones de dólares de los 20.000 millones de dólares concedidos en un primer momento.

No obstante, la prueba de fuego para demostrar la recuperación de la crisis financiera mexicana está siendo en julio y se prolongará en agosto. En este periodo vencen cerca de 7.000 millones de dólares (unos 850.000 millones de pesetas) en Tesobonos (deuda pública en pesos calculada según la cotización de la divisa estadounidense). En mayo, el pago de estas obligaciones era el auténtico quebradero de cabeza para el Banco de México, muy escaso de reservas. Hoy, esa preocupación práctica mente no existe. El banco central mexicano dispone de 14.300 millones de dólares en divisas, lo que, le permite afrontar con ciertas garantías el pago de una deuda que, tras el verano, será "muy manejable", según la mayoría de los analistas. La crisis financiera del Ejecutivo mexicano ha remitido. No obstante, nadie echa las campanas al vuelo. El primero en mostrar prudencia, y no le faltan motivos, es el propio Ortiz. "Nunca dije que ya se ha superado la emergencia económica y que se había acabado la crisis. Solamente he resaltado los avances en la estabilización de los mercados financieros, del tipo de cambio y de las tasas de interés", asegura el responsable de Hacienda.

En efecto, la situación de la economía mexicana aún dista de ser boyante. Los cálculos más optimistas preven que la inflación superará el 40% este año y un millón de personas perderán su trabajo en 1995, colocando el desempleo en el 30% de la población activa, según datos oficiales. Las empresas, con unas deudas que se han disparado por los estratosféricos tipos de interés, superiores al 40%, padecen una delicada situación, catástrofe que se agravará en los próximos meses. Los cierres empresariales son masivos y las estimaciones de los analistas sitúan alrededor del 3% la recesión que padecerá el país. Éste es el precio de un severísimo programa de ajuste que hace recaer el peso de la crisis sobre el grueso de la población.

Ricardo Vázquez, analista de Banco Unión, lo tiene claro: "El problema de los Tesobonos ya no existe. Las reservas del Banco de México son suficientes para afrontar los vencimientos, pero no entiendo el optimismo que. reina en los mercados".

Algunos expertos han expresado, a pesar del desmentido rotundo de la Secretaría (Ministerio) de Comercio, su temor de que las subidas en la Bolsa se deban únicamente a la afluencia de capitales especulativos, la principal causa de la devaluación cuando los fondos privados comenzaron su precipitada retirada tras el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994.

"El alza del 42% en el nivel de divisas se debe exclusivamente a que a principios de julio EE UU y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han liberado raudos casi 5.000 millones de dólares de los préstamos acordados", sostiene Vázquez. Pero el apoyo de EE UU no se limita a los créditos que concede, en gran parte para que los fondos de inversión de este país recuperen lo perdido en México tras la traumática devaluación. También hay una buena conexión entre los dos Gobierno s.

En definitiva, México comienza a ver luz al final del túnel de la crisis financiera. Ortiz podrá permanecer a partir de ahora más tiempo en México para intentar coger por los cuernos un desolador panorama económico que con toda seguridad, no se resolverá con la celeridad con la que se ha superado la debacle de las finanzas del Estado. La estabilidad política, un reto aún no alcanzado, será indispensable para lograr este objetivo.

Apuesta española

La salida de la crisis financiera mexicana no sólo se está reflejando en la evolución del peso o en el incremento de las reservas de divisas. La inversión privada exterior también está recuperando, poco a poco, su confianza en el país americano.En España, el ejemplo más evidente lo ha protagonizado el Banco Bilbao, Vizcaya (BBV). Su presidente, Emilio Ybarra, acaba de rubricar la compra de un 50% del Grupo Financiero Probursa, uno de los más importantes de México, con lo que pasa a controlar el 70%. El banco invierte. en esta compra un total de 350 millones de dólares (unos 42.000 millones de pesetas), de los cuales 170 millones de dólares se materializan en suscripción directa de acciones. Esta operación, que cuenta con el respaldo y la colaboración de autoridades e inversores mexicanos, sirve para sanear definitivamente el Grupo Financiero Probursa.

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