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El Gobierno da prioridad a una docena de leyes para tramitarlas antes de disolver las Cortes

Anabel Díez

El Gobierno ha empezado a trabajar en los proyectos que quiere dejar aprobados antes de que el presidente, Felipe González, disuelva las Cortes. En su listado ideal figura una veintena de leyes, aunque en el supuesto más optimista no será posible aprobar más allá de trece si efectivamente las elecciones se celebran en marzo del 96. Tanto miembros del Gobierno como dirigentes del PSOE empezaron ayer a interpretar que quien dice maxzo dice junio, y confían en que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, si se diera esa prórroga, no reaccionaría pasando a la oposición frontal. No obstante, según fuentes gubernamentales, González, en contra de muchas opiniones de sus cercanos, maneja completamente en serio la fecha de marzo.

Estas fechas se modificarían radicalmente si CiU decidiera dejar de apoyar al Gobierno. El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rlubalcaba, reiteró ayer a Radio Nacional que el Ejecutivo no estaría un minuto después de que hubiese perdido la estabilidad parlamentaria y, por tanto, se le impidiera llevar adelante su acción de gobierno.Con la esperanza de que esto no ocurra, los socialistas no quieren despedirse de esta legislatura y del poder, si se cumplen las encuestas que les dan como perdedores, sin haber plasmado en el Boletín Oficial del Estado leyes que consideran muy importantes y que ya tienen trabajadas. Las previsiones más optimistas apuntan a que pueden darse por satisfechos si sacan adelante 12 o 13 de las 20 leyes con las que estaban especialmente comprometidos.

Según fuentes gubernamentales, las que tienen más posibilidades 3on las siguientes: Código Penal, Asistencia Jurídica Gratuita, abolición de la pena de muerte en el Código Penal Militar, cuarto supuesto en la despenaliZación del aborto, Ley del Voluntariado, Ley de Cooperación al Desarrollo, LOFAGE, Ley del Cable, Ley de Salud Laboral, Ley del Seguro Privado, Ley de Comercio y Ley de Impuesto de Sociedades.

Aunque todas ellas tienen algún tipo de relevancia para el Gobierno, la tramitación al completo del Código Penal de la democracia se ha convertido en una cuestión de principios para el Ejecutivo y para el PSOE. La ley de partidos políticos también figura en la lista, pero existen muchas dudas sobre su aprobación definitiva. El Gobierno considera que esta ley es de las que requieren el apoyo de todos, al no tener sentido aprobarla con el rechazo, probablemente, del Partido Partido y que sea cambiada cuando el color del Gobierno sea otro.

En medios gubernamentales afirman que un trimestre más de legislatura, es decir, de marzo a junio, permitiría completar la tarea en las Cortes. Estos interlocutores consideran que entre marzo y junio no habría mucha diferencia para los nacionalistas, pero esta posibilidad es muy remota hoy, a la vista del convencimiento de Felipe González de que el apoyo de Pujol tiene un límite temporal que él sitúa en el mes de marzo.

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Salvo imprevistos

Los análisis, previsiones y cálculos del día de hoy están siempre sujetos a acontecimientos imprevistos. Esta es la coletilla que siempre añaden los dirigentes socialistas al terminar de exponer lo que parece probable. Con ello se refieren a la evolución de los escándalos que ahora están en los tribunales y al temor de que surjan algunos nuevos.

Las informaciones que los socialistas se han intercambiado la pasada semana sobre la supuesta aparición de un escándalo muy grave han sido calificadas por ellos mismos como "guerra psicológica". Tales informaciones de procedencia incierta unas veces hablan de asuntos de corrupción económica y otras de irregularidades relacionadas con la lucha contra el terrorismo.

Los socialistas ligan esta serie de cosas con el interés de diversos sectores sociales de que las elecciones se celebren de manera inmediata. El Partido Popular comparte esta opinión.

De manera indirecta el responsable de movimientos sociales del PSOE, Alejandro Cercas, se refirió ayer a esta situación. "La oposición tiene como objetivo terminar con el partido socialista sin jugar limpiamente". Para Cercas, al adversario hay que vencerlo "en las urnas" y no intentar "aniquilarlo". Cercas dirigió la apertura de la sesión constitutiva de la Organización Sectorial del Movimiento Ciudadano del PSOE.

Todos menos Aznar

Hasta al propio Gobierno le resulta un tanto extraño que Felipe González no se reúna con José María Aznar en la ronda que abrió el jueves para fijar con los líderes políticos un calendario electoral. El hecho de que González se haya entrevistado con Jordi Pujol, al comienzo de la próxima semana lo vaya a hacer con el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y con el líder de IU, Julio Anguita, y no haya citado al líder del PP crea sentimientos ambivalentes en el Gabinete: resulta anómalo, pero al propio tiempo no se puede hablar de elecciones con Aznar cuando sólo repite que se celebren de inmediato, reflexionan fuentes gubernamentales. Para salir del paso, el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, utilizó ayer la fórmula del "no se descarta" cuando fue preguntado en Radio Nacional sobre una posible reunión entre GonzáleZ y Aznar.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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