El chófer culpa del accidente de Nimes a un bandazo del camión al que adelantaba
El chófer y los dos gerentes de la empresa del autocar accidentado el lunes en Francia están hundidos por el dramático resultado de 22 muertos y 32 heridos, pero sostienen que no son responsables de delito alguno. Los tres, encarcelados en Nimes (Francia), recurrirán contra la acusación fiscal de homicidio involuntario, manipulación de los tacómetros, exceso de velocidad e incumplimiento de los descansos reglamentarios, informó ayer su ahogado, Christian Barnouin. El conductor, Salvador Recher, declaró al juez Christian Lernou que la causa del accidente fue un bandazo inesperado del camión al que empezaba a adelantar, lo que le obligó a dar un brusco golpe de volante.
Barnouin negó categóricamente que el chófer o sus empresarios, Juan Monllor y Vicente Picó, hubieran infringido las leyes que regulan los descansos obligatorios en los transportes de viajeros por carretera. "Esa acusación" dijo el letrado, "no se ajusta a la verdad ( ... ). Después de cada trayecto, [Amsterdam-Alicante y viceversa] los conductores reposan 34 horas".Según el abogado defensor, el problema radica en que, la parte acusadora y la defensora interpretan de forma distinta la reglamentación que establece los turnos de reposo de los conductores. "Podemos discutir sobre los detalles", apuntó Barnouin, "pero lo cierto es que el chófer había descansado el tiempo que marca la ley".
El letrado de la defensa informó de que el chófer había negado formalmente ante el juez instructor que se hubiera dormido al volante.
Según la declaración judicial del conductor, el siniestro sobrevino cuando el autocar se aprestaba a adelantar a un camión que le precedía en la autopista. Recher aseguró al juez que en ese momento el remolque del camión dio un bandazo inesperado que le obligo a él a dar un brusco golpe de volante hacia la izquierda. El resto ya es conocido: el autobús salió despedido contra la mediana de la autopista, volcó sobre su lateral izquierdo encima de la valla que separa los dos sentidos de circulación y avanzó deslizándose por su propia inercia unos 150 o 200 metros más. Los pivotes que sujetaban la valla se incrustaron perpendicularmente en el vehículo, a la altura de los cuerpos de los pasajeros que viajaban en el lateral izquierdo, y causaron una auténtica carnicería.
Ayer aún no se había podido identificar a dos de los 22 fallecídos. Los forenses franceses tenían dificultades para precisar de qué sexo era uno de los dos cuerpos, que había quedado horriblemente mutilado. Estos dos cadáveres permanecían en el depósito de Nimes. Los 22 cuerpos. restantes o bien habían llegado ya a sus localidades de origen, o bien habían partido hacia ellas por carretera.
El juez Christian Lernou decretó a las once de la noche del martes prisión provisional para el conductor y los dos gerentes de la empresa del autocar, después de unas siete horas de interrogatorio.
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