"En Madrid, las galerías son poco receptivas"
Natural de Lastras de Cuéllar, un pueblo segoviano de 400 almas, Teo se inspira más y mejor al aire libre. Domingos y fiestas de guardar cumple como miembro de la Asociación de Pintores Taller Abierto de la plaza del Conde de Barajas, una especie de Montmartre que exhibe y vende cuadros junto a la plaza Mayor. Tiene 48 años, y vive a duras penas de la pintura. Desde que dejó Segovía en los sesenta en busca de un El Dorado a menos de dos horas de camino, Madrid le ha dado un barrio, Carabanchel, y premios como éste, donde un jurado popular le concedió las 150.000 pesetas netas destinadas al más veloz de los artistas que pintaron la plaza de toros de Las Ventas.Pregunta. ¿Le parece importante que los madrileños tuvieran la última palabra?
Respuesta. Ya estaba muy contento en la primera selección. Ahí fueron críticos de arte y profesores universitarios quienes, entre los 700 participantes, nos escogieron a doce. Luego votó el pueblo, como debería ser siempre en esta vida. Creo que es un galardón muy democrático.
P. Las Ventas que usted ha pintado parecen llenas de fantasmas.
R. Sí, hay sombras en las ventanas, y de fondo el Piruli. Es una especie de fantasía que yo llamo figurativo-surrealista. Yo, cuando pinto, sueño.
Aproveché el certamen para ensayar la nueva técnica que tengo entre manos.
P. ¿En qué consiste?
R. Se trata de aplicar como fondo una capa de óleo bastante fluido. Y en lugar de poner más pintura se quita con un trapo y aguarrás o simplemente con el dedo.
P. ¿Se fijaba usted en lo que hacían sus 699 rivales?
R. No, cada uno se concentra en lo suyo. Comenzamos a las nueve y podíamos pintar hasta la una, pero a mí me sobró una hora.
P. Usted, se considera un pintor madrileño, pero nunca ha expuesto en esta ciudad.
R. En Madrid las galerías son poco receptivas. Soy autodidacta; aprendí a pintar dibujando en el en cerado del colegio, y en mi pueblo expuse por primera vez en 1985. Aquí hay demasiada competencia, mientras que en todas las pequeñas localidades se van abriendo centros culturales que se interesan por los pintores menos cotizados. En los barrios de Madrid ocurre algo parecido. Catabanchel, por ejemplo, está cada vez más abierto a la cultura.
P. ¿Qué otros símbolos madrileños le inspiran?
R. Participé. en otro concurso en Lavapiés, basado en el cocido madrileño y la plaza de la Paja. Entonces dibujé un bodegón cubista. El pasado 18 de junio también gané por votación popular un premio de pintura rápida en el Retiro.
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