El segundo servicio
Saque y volea. La final respondió a todas las previsiones. Fue un ejercicio de saque y volea, y en este corto diálogo, por no llamarle monólogo, Pete Sampras es el mejor. El estadounidense tiene una enorme seguridad en este juego. Consciente de que su servicio no admitía réplica, pudo arriesgar más en el resto que Boris Becker. La hegemonía de Sampras redujo los puntos a una duración muy corta. No hubo peloteo prácticamente en ningún momento.
La diferencia. Sampras se apoyó en su servicio para derrotar a Becker. Cuando le entraba el primero no admitía réplica, pero su segundo fue también terrorífico o cuando menos muy superior al mostrado por el alemán. El estadounidense es un maestro en este tipo de superficies, mientras que en tierra es vulnerable porque la dinámica del juego lleva a tener que dominar otros recursos que no sean el del saque y volea.
Un punto inferior. Boris Becker se anotó la primera manga porque estuvo por encima de su nivel habitual en todos los aspectos de su juego. Se adivinaba que si el alemán bajaba su intensidad, pasaría.a estar en manos de Sampras, como así fue. El estadounidense actuó como si de una máquina se tratará en cuanto a rendimiento. Becker fue siempre un punto inferior a Sampras en todos los apartados: primer y segundo servicio, volea... en todo. El alemán ha hecho un gran torneo, pero era consciente de que si no jugaba la final a un nivel muy alto perdería. Sampras es un jugador parecido a él, pero que le su pera en todo, aunque sea por un punto o por una diferencia mínima, que en estos casos siempre es decisiva.
El aburrimiento. Comparto las declaraciones de Illie Nastase, en el sentido de que el tenis actual aburre muchas veces porque consiste en un ejercicio del saque. Habría que adecuar la velocidad de la p9lota al extremo de que, cada jugador estuviera obligado a mostrar su talento, su variedad, y entonces, jugadores y público nos divertiríamos más.
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