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Induráin saca su sexta velocidad

El día exacto, a la hora señalada, el navarro se viste con su 'maillot' amarillo numero 48

Luis Gómez

Miguel Induráin dispone de una sexta velocidad. No hay duda alguna tras la exhibición de ayer. Su cuerpo dispone de mayores prestaciones y eso le permite modificar su aceleración atendiendo a las necesidades de la carrera. De lo contrario, no habría explicación al fenómeno que se observó en la contrarreloj: Riis disponía de cinco segundos de ventaja sobre Induráin cuando restaban cinco kilómetros. En condiciones normales, Riis estaba llamado a dar una sorpresa histórica. En la meta, Induráin le había comido 17 segundos. ¿No es eso producto de una sexta velocidad? Induráin, fiel a su costumbre, puso la carrera en orden tras la contrarreloj. Cumplió con una puntualidad insultante. A la hora exacta y en el día señalado. Ayer vistió su 48º maillot amarillo y nadie discute que superará los 51 de Anquetil.La jornada, sin embargo, no respetó el protocolo del líder. Apareció en escena un invitado sorpresa que estuvo a punto de modificar las conclusiones de rigor. Ése fue el papel que interpretó Riis, a quien nadie había llamado para esta contrarreloj. Pero Riis terminó siendo un elemento de gran utilidad: nuevamente, Induráin abrió su repertorio. Ahora sabemos algo más de él.

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Induráin se movió con las referencias de Rominger y Berzin como mandaba el guión. Compitió con ellos y se ajustó a las previsiones. Su entorno especulaba con el minuto de diferencia a la vista de la situación global. Existía más precaución hacia Berzin que hacia Rominger y las referencias que procedían de los controles intermedios anunciaban que Berzin perdería más de un minuto. Induráin había puesto su ordenador a funcionar y toda la información disponible daba el visto bueno a su actuación. De hecho, pudo permitirse el lujo de superar al francés Jalabert ante las cámaras de televisión por aquello de que las sensaciones fueran algo más naturales que la mera constatación de unas cifras. De pronto entró en escena el danés Riis. Era un convidado de piedra, un apellido que no contaba para nadie, incluso un maillot (el de campeón de Dinamarca) que no habíamos visto antes. ¿Ha dicho usted Riis? Y se convirtió en una amenaza cuando apenas había tiempo para rectificar.

Fue entonces cuando Induráin metió la sexta velocidad en su Espada, un modelo aparentemente más estético que avanzado. Riis había sido el mejor a escasos cinco kilómetros de la meta. Su velocidad de crucero (49,98 km/h) mejoraba la de Induráin (49,91 km/h). El esfuerzo final puso las cosas en su sitio: Induráin era algo más de tres segundos más rápido cada kilómetro. Reducida la situación a este periodo anecdótico, Riis fue a 53 km por hora (53,09), mientras Induráin rozó los 56 (55,90). No se había visto nada igual en los últimos años.

La conducta del líder ha impuesto una rutina a los analistas: termina la primera contrarreloj y es sólo entonces cuando Induráin permite hacer un balance de situación. Imperiosamente, los números conducen al mismo sitio: tiene un margen suficiente de minutos en el bolsillo para especular con los Alpes y los Pirineos. A diferencia de otras ocasiones, ha llegado al mismo sitio en dos plazos, Lieja y Seraing. Ha sido el segundo Tour belga de Induráin.

La contabilidad vuelve a cuadrar. Habrá que prestar alguna atención a Riis, el único corredor situado por debajo del minuto (23 segundos), que puede ser utilizado como punta de lanza por Berzin para diversificar los esfuerzos del líder si se produce una agresión en toda regla. El propio Berzin se aleja por encima de los dos minutos (2.20) cuando hace tres días llegó a disponer de 23 segundos de ventaja. Rominger se encuentra en una posición equiparable a la de hace un ano: 2.28 minutos perdía en el Tour de 1994, 2.32 hoy, en 1995. A fuerza de imponer cada año unas realidades indiscutibles, los pronosticadores tratan de sacar provecho de las incógnitas. Colocado Berzin ante la realidad (como contrarrelojista, es inferior a Induráin) interesa poner en el mercado el nombre del danés Riis. ¿Quién es Riis realmente? Riis no es un hombre joven, un desconocido del Tour. Riis tiene la edad de Induráin y su mejor clasificación data de 1993, cuando fue 5º, a 16.26 minutos del español. Hace un año, ya a sueldo del equipo Gewiss, acabó en el puesto 14º, a 33.32 minutos. Así que puede concluirse que el Tour belga de Induráin ha sido todo un éxito. La primera semana se cierra con todos los objetivos cumplidos.

Y el esplendor de Induráin no debe trasladar al anonimato a algunos otros héroes de la jornada. Españoles, por cierto. Mauri estuvo bien y terminó entre los cinco primeros, pero la sorpresa saltó con los jóvenes Vicente Aparicio (Banesto) y el debutante Mariano Rojas (ONCE).

Aparicio es el compañero de habitación de Induráin, Rojas el juvenil de la carrera. Ambos son tímidos y poco habladores. Hablan en la carretera. Manolo Sáiz le había aconsejado a Rojas que descansara en la contrarreloj, que no se esforzara. Incluso le prohibió entrenarse por la mañana. El director del ONCE tenía previsto que hoy Rojas se marchara para casa. Ambos están entre, los 15 primeros de la general. Una general muy al gusto de Induráin.

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