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"No hay más que cadáveres"

Juicio a Manolo Sáiz tras el zarpazo de Induráin en Lieja

Luis Gómez

La onda expansiva del zarpazo de Lieja todavía retumbaba ayer horas antes de la contrarreloj. Manolo Sáiz, director del ONCE, se declaraba inocente de toda culpa ante el juicio sumarial al que le sometía buena parte de la prensa española por no colaborar con la escapada de Induráin. El pueblo contra Manolo Sáiz y Manolo sin un abogado de oficio. Y luego las declaraciones de numerosos testigos. "Vimos a un Induráin impresionante", declaraba Saiz. Pablo Antón, la mano izquierda de Manolo Saiz en la ONCE, porque para mano derecha se basta él solo, tenía su propia versión del asunto: "A poco de atacar, todo el mundo venía a por bidones de agua en el pelotón. ¿Qué pasa aquí?, nos preguntamos: no hay más que cadáveres".¿Qué velocidad media alcanzó Induráin en su escapada? Nadie conoce la cifra exacta, pero todos los encuestados concluyen que debió superar los 50 kilómetros por hora con. cierta amplitud. Fue una contrarreloj de poco más de 25 kilómetros, con Induráin perseguido por un pelotón. "La diferencia se explica por sí sola y porque quienes realmente le persiguieron no fueron los primeros espadas". ¿Por qué no encabezaron Rominger y Berzín la operación captura? En este punto hay opiniones para todos los gustos. ¿Por qué la ONCE no cooperó? Lieja pasa a engrosar la lista de victorias de Induráin. Sus biógrafos tendrán que hacerle un hueco a esta etapa si quieren ser rigurosos.

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Manolo Sáiz abre su defensa. "¿Por qué tenía que cooperar si e líder era mío de una manera u otra, si yo ganaba el maillot amarillo con Bruyneel o con Jalabert?, ¿quién atacó primero, Bruyneel, no? Y se encontró con un acompañante que no deseaba. ¿Por qué Arrieta no colaboró con Breukink cuando éste saltó? Otra cosa hubiera sido si Jalabert se mete en la escapada de Induráin". "Entonces", salta Pablo Antón, "sí que la hubiéramos armado, porque la diferencia habría sido definitiva. Por lo menos, tres minutos".

"Si en lugar de atacar Induráin lo hace Berzin, no me hubiera movido. Habría dejado que Banesto hiciera todo el trabajo, porque la gente tiene que entender que debo defender a mi equipo y a mis líderes. Y mis líderes son Jalabert y Zülle". Manolo Sáiz es consciente de que, si no es por la ONCE, Induráin acaba con la carrera en una etapa. Pero no tiene remordimientos: volvería a hacer lo mismo.

Y es que Induráin atacó en el momento justo. Eso quiere decir que sorprendió a sus rivales con las fuerzas muy mermadas. El Mapei trató de poner orden, pero su gente estaba machacada. Rominger trabajó un rato con Mauleón y Musseuw, pero su gente no está bien. Y el Gewiss no tenía efectivos para organizar su defensa. "A Bombini [su director] le quedaban tres corredores en ese momento", recuerda Sáiz. Pero Berzin no apareció en escena en ningún momento.

¿Exceso de prudencia o falta de fuerzas? Berzin calla y prefiere pensar que Induráin pagará este esfuerzo. Rominger fue más explícito en sus gestos cuando soltó una bocanada de aire en la meta: Induráin les había hecho mucho daño. Secuelas de la batalla de Lieja, la jornada en la que Induráin emuló a Merckx.

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