Barómetro de verano

A comienzos del verano, el clima general de la opinión pública española está marcado por un menor pesimismo económico y una actitud muy crítica respecto de la situación política y la acción del Gobierno. Así se explica que, según el sondeo trimestral de Demoscopia para EL PAÍS, el Partido Popular (PP) aventaje en 12 puntos al PSOE en intención directa de voto, con lo que sitúa la diferencia respecto de su principal adversario por encima de la que logró en la realidad de las elecciones europeas y en las municipales de mayo pasado. El sondeo se completará mañana con la opinión ciudadana sobre el reciente reajuste de Gobierno y el escándalo de las escuchas del Cesid.

El PP aventaja al PSOE en 12 puntos

La situación del Partido Popular ante la opinión pública es envidiable. La actitud de apoyo al PP y el hundimiento de la imagen del PSOE y del Gobierno se ha extendido significativamente según todos los indicadores disponibles, que conducen a una ventaja de 12 puntos para los populares (26,8%) frente a los socialistas (14,7%) en la intención directa de voto, es decir, la que los encuestados manifiestan abiertamente al preguntarles por sus preferencias electorales. Todos los indicadores parciales del sondeo favorecen a los conservadores. En primer lugar, aumenta la proporción de quienes piensan que el PP no realiza una oposición solamente destructiva, sino que presenta alternativas de Gobierno (43% frente a 31 % en marzo). Paralelamente, se extiende la opinión de que el PP posee un programa económico distinto al del Gobierno (34% frente al 26% en marzo pasado). Unido a esto, el 37% de los españoles opina que un Gobierno del PP gobernaría mejor España que uno del PSOE, frente al 26% que así opinaba al principio de la primavera.

La valoración general de la situación política sigue siendo tan negativa como en la primavera, pero la opinión se ha vuelto aún más crítica del Gobierno como consecuencia del escándalo del caso Cesid.

Aproximadamente para tres de cada cuatro ciudadanos (73%) la situación política de España es mala o muy mala, mientras que sólo uno de cada 10 opina que es buena (8%). Siendo la novedad política del trimestre de primavera las elecciones municipales y autonómicas y el posterior escándalo del caso Cesid, la ciudadanía se muestra mucho más crítica hacia el PSOE y su Gobierno y más favorable al PP que antes de aquellos acontecimientos.

Elecciones inmediatas

El gran debate nacional en las dos últimas semanas se centra en el posible adelanto de las elecciones generales. La comparecencia pública del presidente del Gobierno el pasado jueves reavivó el debate y abrió la incógnita de que puedan celebrarse en la próxima primavera, o en el otoño, pero descartó la posibilidad de que se convoquen antes de que concluya el año y la presidencia española de la Unión Europea.

Sobre este asunto, casi la mitad de la ciudadanía se aleja de la postura del presidente del Gobierno y opina que Felipe González debería convocar elecciones generales inmediatamente: 46% frente a 41% en marzo y 36% en diciembre de 1994. Un 17% cree que debería convocar elecciones después de la presidencia europea, en el primer trimestre de 1996, y un 30% opina que debe tratar de llegar hasta el final de su mandato, en 1997.

En cuanto al resultado más probable de las próximas elecciones generales, existe la opinión generalizada de que las ganará el PP: 76% de los consultados, que asciende al 93% entre anteriores votantes del PP y al 65% de los del PSOE.

Casi la mitad de la población (48%) enjuicia positivamente el resultado de las elecciones municipales y autonómicas que se celebraron el pasado 28 de mayo, y casi dos de cada tres entrevistados (62%) entienden que esos resultados constituyen una indicación de lo que podría pasar en unas próximas elecciones generales (esta opinión ascendía al 54% en el sondeo preelectoral de mayo, antes, por tanto, de conocerse el resultado de aquéllas).

En coherencia con todos estos datos, se observa un cambio importante en la distribución de las preferencias electorales en el supuesto de unas elecciones generales. De hecho, el apoyo al PSOE (14,7%) en este indicador es el más bajo en toda la serie de sondeos de Demoscopia para EL PAÍS desde que esta serie arranca, en 1986. Inversamente, el apoyo al PP (26,11%) es el más alto jamás recogido en esta misma serie. La distancia entre el primer y el segundo partido se eleva a 12 puntos sobre censo, muy superior a la que les ha separado en las recientes elecciones municipales e incluso en las europeas de 1994. Parece razonable concluir que buena parte de esta distancia traduce el efecto negativo que en la opinión pública, según todos los datos de este sondeo, ha tenido el escándalo de las escuchas ilegales del Cesid.