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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Señas de identidad de Madrid

Las raíces y senas de identidad del pueblo madrileño se pierden y, al parecer, los políticos que lo representan se dan prisa en que así sea. Una de esas señas, de esas raíces, es sin duda el folclore, y ¿qué podemos pensar repasando la programación de las actividades musicales en las pasadas fiestas de la' Comunidad y la más local de San Isidro?Por, un lado, se derrocha un dineral en traer grupos y solistas extranjeros, algunos mediana mente conocidos, que eso da mucho cosmopolitismo, progresía y modernismo; por otro, el programa se completa, ¡y en que medida!, con fiestas rocieras, flamenco y sevillanas. Esto nos lleva a la creciente, culturización andaluza de Madrid, que ya inició en sus tiempos de alcalde el, andaluz Juan Barranco. ¿Recuerdan las inventadas fiestas, ya olvidadas, del Madrid con Andalucía, financiadas, es de suponer, con los impuestos de todos los castellano-madrileños? ¿No extraña, cuando menos, ver en la pradera de San Isidro, el día de su fiesta, a numerosas niñas a las que sus padres, en un despiste mayúsculo, y equivocando ciudad y festejo, visten de sevillanas? Costumbres y fiestas andaluzas que, junto a su folclore, son imitados después por otros pueblos y ciudades españolas en su afán de parecerse a los capitalinos.

Poco o nada se programa de lo auténticamente madrileño: bailes de la escuela chulapa, la escuela bolera y la escuela castellana de las jotas serranas.

Nos hemos acercado a los cursos taller que se imparten en los centros cívico-culturales del Ayuntamiento, ¡y más de lo mismo!: flamenco, sevillanas, etcétera y, al menos que nosotros hayamos leído, nada de los bailes madrileños antes citados.

Los pueblos de más fuerte personalidad dejan la impronta de sus usos y costumbres tradicionales, que sin duda los definen y diferencian del resto, en todos los actos de su discurrir cotidiano. Quien no es fiel consigo mismo es de todos menos de sí mismo. ¿Acaso el pueblo madrileño no tiene la personalidad definida (no nos sirve lo de "rompeolas" de todas las Españas).

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