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Bailar para no quedarse solo

1.850 parejas con más de 50 años participan en el Campeonato Mundial de Baile

Afán de superación y alegría de vivir son los regalos que el baile proporciona a las 1.850 parejas participantes en el Campeonato Mundial de Baile. para mayores de 50 años que desde ayer, y hasta el día 15 de julio, se desarrollará en el velódromo Luis Puig, de Valencia. A Jacques de la Fosse, un accidente de automóvil lo envió tres años al hospital en 1968. Fueron necesarias once intervenciones y quince meses de rehabilitación para ser dado de alta. El resto lo hizo el baile. Su esposa, Nicole, le puso en una difícil tesitura: "O bailas o te quedas solo". "Soy de natural deportivo. y me decidí por lo primero", aclara su marido, que no revela al bailar las secuelas del accidente. "Poco a poco fui cogiendo confianza, y aunque estaba acostumbrado a bailar desde siempre, tuve que volver a aprender". En 1987, Nicole decidió presentarse al campeonato de baile en Poiton Charentes, y ganaron tres años consecutivos. "Atravesé un túnel desde que comencé a bailar de nuevo hasta que llegaron los concursos, el de Viena, el de Estados Unidos y el Océano, que fue durante un crucero. Todo eso me devolvió la alegría de vivir".Los malagueños Antonio y Loli Uceda figuran como pareja destacada en la parrilla de salida de este certamen. Son los campeones de España del año pasado. También llegaron al baile, tras una desgracia. "Había muerto mi hermana y estaba destrozada. Mis hijos, que son los dos deportistas (su hija Pamela es la única mujer piloto de carreras de España), me apuntaron al campeonato sin yo saberlo. Antonio Uceda asiente con la cabeza y añade: "El baile es el mejor ejercicio que hay: no sólo mueve los músculos, también el corazón y la ilusión de vivir". Loli, que tiene quince trajes diferentes para la competición, se asombra de que "ahora, a los 55 años, quién iba a decirlo, nos estamos realizando".

Ninguno parece conceder importancia a la preparación técnica. "Lo fundamental es la interpretación", asegura Antonio, a la vez que reconoce que, no obstante, practica con su mujer los fines de semana en alguna discoteca malagueña. "Hay que transmitir la emoción al público, y si además das unos pasos, perfectos, puedes ser campeón", aconseja. Jacques de la Fosse tampoco ensaya: "No es necesario, lo llevo en el cuerpo". A sus 67 años sigue trabajando y regenta un club en su ciudad, Chatellerauld. "Vuelco mi pasión por el baile sobre 30 niños a los que doy clases. Les enseño a bailar rock, vals, jazz, de todo, y de. paso me entreno".

Ni a unos ni a otros les preocupa ganar. Ni siquiera al matrimonio Uceda, que ha obtenido varios premios los últimos años. "Es mejor no pensar en ganar, porque hemos conocido personas que han cogido una depresión por no llegar a ser campeones", aconseja Loli. A Jacques de la Fosse le basta con la satisfacción de bailar y "decirle a los demás que lo que yo he conseguido ellos también pueden lograrlo". Mientras insinúa unos pasos de baile, señala sus rodillas, donde conviven metal y hueso.

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