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La juez decana quiere que la subasta de objetos sirva para pagar a víctimas de robos

Manuela Carmena, juez decana de Madrid, quiere que el dinero que se recaude en la subasta de objetos robados y no reclamados celebrada el día 14 y en otras fu turas se destine a indemnizar a las víctimas de robos cuyas propiedades no hayan sido recuperadas. Carmena présidió ayer el recuento de las pujas presentadas por escrito, en la última y multitudinaria subasta. A media mañana se conocía ya una parte de los beneficiarios de los 900 artículos (abrigos de visón, televisores, cámaras fotográficas...) sacados a subasta. Muchos licitadores han logrado auténticas gangas.

Bajo la supervisión de la juez decana y de la secretaria general, María José Gandásegui, una veintena de funcionarios abrió ayer los sobres con las cerca de 5.000 ujas presentadas. Los funcionarios anotaron la! dos más altas la primera, como adjudicataria del bien? y la segunda, por si se produce una renuncia.Una empresa ha logrado adjudicarse, por sólo 49.000 pesetas, un goniómetro topográfico (aparato que se utiliza para medir ángulos) cuyo precio en el mercado ronda las 600.000. Curiosamemente, este aparato salió a subasta por 500 pesetas. Funcionarios judiciales recordaron ayer que un empresario se había desplazado a propósito desde Granada hasta Madrid para pujar por el goniómetro.

Los abrigos de piel -entre ellos, varios de visón- también han contado con muchos licitadores. Una mujer ha coniseguido un visón, cuyo precio de salida era 5.000 pesetas, por 40.000. Fue la puja más alta. AsimismoY, un ciudadano chino se ha hecho -por 6.000 pesetas- con un aspirador de la marca Tornado. Una funcionariajudicial recordaba ayer el interés que había mostrado éste ciudadano por el aspirador: "Apenas hablaba español, pero tenía muy claro lo que deseaba".

Tras la selección ayer dé los licitadores, el decanato de los juzgados de la plaza de Castilla exhibirá hoy la lista con los nombres de los adjudicatarios, y podrán retirar sus artículos hoy mismo, en cuanto formalicen los trámites legales.

Con la exhibición de este listado concluye una subasta que ha roto esquemas anteriores. Hasta ahora, los juzgados sacaban a subasta los artículos en lotes (de coches, de joyas, de televisores ... ), lo que impedía a personas con escasos recursos pujar por ellos. Esta fórmula rejaba la puerta, abierta a los subasteros, que se ponían de acuerdo entre ellos para que darse los lotes sin apenas hacerse competencia. El decanato decidió poner coto a esta práctica y paralelamente hacer, más participativas y asequibles las subastas. Con la ley en la mano, la única forma de evitar a los profesionales era subastar uno -por uno los artículos. La respuesta ciudadana ha sido impresionante. Más de 30.000 personas desfilaron a mediados de este mes por él salón de actos de los juzgados: para ver los 900 artículos que salían a subasta. Ante la multitudinaria respuesta, el decanato barajó la i9dea de utilizar un polideportivo para utilizar el sistema de mano alzada. Sin embargo, la abrumadora aglomeración de licitadores hizo inviable esa fórmula. El decanato optó entonces por, que los licitadores efectuasen sus pujas en sobre cerrado; la licitación más alta sería la adjudicataria.

El decanato desconocía con precisión a mediodía de ayer el dinero que finalmente se recaudará en esta subasta. No obstante, sí estaba seguro de que la cuantía será muy superior a la que, se, habría obtenido si se hubise hecho en lotes. El dinero que se reuna irá a parar a las arcas del estado, si bien la juez decana solicitará que se cree un fondo destinado a indemnizar a víctimas de robos. Durante la exposición de objetos, un subastero ofreció 1.600.000 pesetas por los 900 artículos. Los funcionarios le dijeron que el sistema había. cambiado y que si quería participar debía pujar por cada objeto. Declinó la oferta. Los bienes ahora subastados estaban en los sótanos de la plaza de Castilla. Se trata de artículos que en su día fueron robados y que nadie reclamó después cuando se recuperaron. La ley permite subastarlos pasados cuatro años. A pesar de que se alivian de los 900 artículos ahora subastados, los gigantescos sótanos de la plaza de Castilla siguen atestados deobjetos robados. La próxima subasta se celebrará después del verano, y se centrará en una parte de los cientos de joyas que cobija la caja acorazada de los juzgados. La juez decana estudia, además, abrir en el futuro a las víctimas de robos las salas donde se almacenan los objetos. Si acreditan que una cosa determinada les pertenece, podrán recuperarla.

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