El Madrid, entre la gloria y el miedo

El fútbol español se paraliza esta noche en el Bernabéu. Llega una cita con aroma a final, a todo o nada. El Madrid se moverá entre la celebración definitiva de un título que acaricia desde hace tiempo y la resurrección de sus viejos fantasmas del pasado. Le basta el empate para lo primero. Laudrup, campeón con el Barca los cuatros últimos años, lograría el quinto cetro consecutivo. El Deportivo aparece con la intención de saldar una deuda con la fortuna; vuelve dispuesto a restituir lo que le arrebató hace 12 meses en un lanzamiento de penalti. Puede pasar de asumir un subcampeonato previsto a soñar con un título inesperado. Está obligado a vencer esta noche y a esperar luego una monumental carambola del azar. Hierve la Liga. "Es el partido más importante de nuestras vidas", dice Zamorano.Jorge Valdano reclama con insistencia, casi con desesperación, la inspiración de Michael Laudrup. Muchos de los rnensajes lanzados ayer por el técnico madridista señalaron de lleno al danés. Fue una llamada a su talento, a su poder desequilibrante, a sus últimos pases, aspectos todos poco presentes en las últimas jornadas. El entrenador suplicó la vuelta del mejor Laudrup.

"Es el momento", dijo Valdano, "de reclamar el protagonismo de los mejores. Es el momento de la actitud, del orgullo, del amor propio. Es el momento terminal del campeonato y es ahí donde tiene que asomar el talento de los desequilibrantes, de los mejores hombres". Y en su esfuerzo por recuperar la magia del danés, el preparador madridista buscó también la complicidad de la afición: "Tenemos un jugador, Laudrup, muy ofendido en su orgullo por lo de Barcelona. Este es el momento en que el madridismo debe arrimarle su apoyo. En un clima apasionado es mucho más fácil que aparezca su inspiración". El propio Laudrup protagonizó ayer el susto de la jornada. Una entrada de su compañero Sanchis le abrió la pierna derecha durante el entrenamiento. El jugador danés necesitó que se le aplicaran tres puntos de sutura en la espinilla. Jugará, pese a todo. "La pena", dijo, "es que estos puntos no valgan para la clasificación".

Las circunstancias en las que llega cada equipo no van a invertir, en opinión de Valdano, el comportamiento de ambos: "El Deportivo ha construido un carácter a lo largo de las últimas temporadas y no lo ha variado ni en situaciones más importantes que ésta. Es posible que al final les llegue el momento de arriesgar, pero de entrada jugará fiel a su estilo. Uno no puede quebrar su manera de ser en una situación excepcional. Es ahí cuando hay que fortalecer las convicciones. El Madrid saldrá a ganar. Ni mirará el marcador, ni la tabla de clasificación. Desde el arranque espero que tengan evidencias de nuestras intenciones".

El ahora entrenador del Madrid, cuando lo era del Tenerife se benefició en las últimas temporadas de la fragilidad psicológica de los jugadores blancos en las grandes citas. Un problema que, según dice, ya está resuelto: "Resulta tentador resucitar viejos fantasmas. Incluso durante la semana se ha abusado del término. La única verdad de este partido empieza por efe, pero de fútbol y no de fantasma. Aquello está resuelto desde hace tiempo".

Desde que regresó a Primera, hace tres temporadas, el Deportivo ha caído siempre en el Bernabéu. Los coruñeses parecen ahora más relajados que nunca. Ya no están obligados a defender el liderato, sino a aprovecharse de un Madrid preso de la misma ansiedad que les mató a ellos la pasada campaña. Asegurada la clasificación para la UEFA, el Deportivo no se siente obligado a nada. Va simplemente en busca de un milagro. "Ya no contábamos con esta situación", confesó ayer López Rekarte, "nos la hemos encontrado por el camino. Tenemos una pequeña posibilidad y aún podemos aprovecharla".

En los dos últimos meses, el Deportivo parece haber recobrado la solidez. Le falta aún un toque de grandeza, pero lo cierto es que esta temporada su fútbol tan sólo alcanzó el cielo en una ocasión y con resultados paradójicos. Fue en noviembre en Dortmund, frente al Borussia, uno de los mejores equipos alemanes, al que los gallegos dieron un soberano repaso para acabar perdiendo de la forma más absurda y dramática. Desde aquella noche, el Deportivo se despeñó hasta caer en una crisis de juego y de convivencia entre futbolistas, entrenador y dirigentes que pareció alejarle definitivamente del título. Para subirse aún al tren, el técnico, Arsenio Iglesias, sabe que el equipo necesita alcanzar otra vez su techo. De ahí el deseo formulado ayer: "iOjalá repitamos lo de Dortmund".