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Reportaje:PLAZA MENOR: SAN FERNANDO DE HENARES

Ilustres e ilustrados

La cartografía señala que San Fernando de Henares dista de la capital 16 kilómetros, una proximidad ilusoria pese a la flamente autovía de Aragón, cuyos carriles atestados hablan de la pujanza de una zona industrial y residencial de alta ocupación. Las condiciones, y las cualidades de habitabilidad y utilidad de la zona, hicieron que aquí se instalaran multitud de asentamientos, en principio poblaciones agrícolas y hortícolas y más tarde industriales. La industria, casi la protoindustria, nacional tuvo en San Fernando de Henares terreno abonado para la experimentación de algunas de las primeras iniciativas de los Borbones ilustrados. Del. Real Sitio de San Fernando de Henares quedan escasos, aunque significativos, vestigios en esta población que cuenta hoy con 28.000 habitantes y cuyo crecimiento se ha estancado al estar literalmente cercada por otros núcleos de población o polígonos industriales. Dónde termina Coslada y dónde empieza San Fernando es cuestión difícil de dilucidar a simple vista, aunque los sanfernandinos, o al menos sus representantes, no quieran ni oír hablar de una posible fusión, pues dicen, y sus razones tienen, que su pueblo tiene una identidad propia, un sitio en la historia y en la tradición. Fernando VI, que preside en. efigie la plaza que lleva su nombre, fue el impulsor de la Real Fábrica de Paños, modelo en su género, expresión hispana y afrancesada del colbertismo, según nos cuenta en su brillante y esclarecedor estudio (El Real Sitio de San Fernando. Historia, arquitectura y urbanismo) Aurora Rabanal Yus. Jean Baptiste Colbert, padre de un ismo que el diccionario traduce por mercantilismo, protegido por el cardenal Mazarino, dirigió los des tinos y los intereses de Francia durante 13 años y apadrinó, entre otros muchos proyectos, la creación de fuertes manufacturas nacionales, bajo el auspicio de los reyes, sobre todo en el campo textil. El colbertismo que llega a España con el primer Borbón, Felipe V, se traducirá, durante el reinado de Fernando VI, en una política industrial que restringe las importaciones de artículos extranjeros y la salida de materias primas, fomentando la creación de fábricas.De la primitiva fábrica de paños sólo quedan, en la plaza mayor de San Fernando, restos de la fachada, de obvia influencia francesa, barroca y muy marcada por el estilo del más genuino representante nacional de este orden, el arquitecto Pedro de Ribera. En esta plaza, amplia y muy arbolada, rodeada de discretos y armoniosos edificios, desmerece la moderna y no muy afortunada traza de la Casa Consistorial, y entre la nutrida vegetación destacan algunos olivos testimoniales. Nacido para la historia con vocación de progreso, el Real Sitio de San Fernando de Henares sufre también los gajes de lo que el progreso significa, pero conserva, en las dos plazas citadas y en los palacios de Negralejo y Aldovea, cargos de su antiguo esplendor:

De las antiguas tradiciones, guarda San Fernando su aquilatada y proverbial afición taurina, de la que hoy son exponentes el novillero Fernando García El Robleño y el torero José Andrés González, los dos presentes en la feria de este año. Sin embargo, lo más histórico y emblemático de las fiestas son los encierros.

Piedad, responsable de prensa y comunicación del Ayuntamiento y guía del cronista en su visita al Real Sitio, quiere destacar el protagonismo de los jóvenes en la vida cultural y asociativa de San Fernando, de la que es buena prueba su revista La Tira. La población, estancada por limitaciones geográficas, se incrementó hasta hace poco con la llegada de jóvenes parejas a la busca de pisos baratos y bien comunicados con Madrid. Lo de la buena comunicación con la capital pasó a la historia, la carretera que une Coslada y San Fernando con la A-2 se ha quedado pequeña y la construcción de una nueva vía, proyectada y aplazada, ha sido motivo de polémica y de escándalo. San Fernando, aunque la vitalidad de su casco antiguo lo desmienta en parte, se ha convertido en ciudad dormitorio y alberga a gentes que trabajan en Madrid, en Alcalá, o en las múltiples industrias instaladas en la zona. El paro, según las últimas estadísticas, afecta a 1.966 personas, casi el 10% del censo.

La horticultura, otrora famosa, se ha reducido a una mínima expresión, aunque una de las inquietudes de los Gobiernos municipales sea recuperar la flora, la fauna y el paisaje; amenazados por el progreso. En 1992, el Departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento editó un libro titulado La comarca del Jarama-Henares al natural como una llamada urgente para preservar o recuperar una espléndida reserva verde que, hasta hace 20 años, atraía un considerable flujo de ciudadanos capitalinos, ahítos de asfalto, en sus excursiones campestres.

San Fernando de Henares, municipio gobernado tradicionalmente por partidos de izquierda, IU y PSOE, no se ha librado de las tradicionales plagas que suelen afectar a las localidades del cinturón de Madrid. Aquí se puso en marcha un programa piloto de intercambio de jeringuillas y reparto de preservativos entre los toxicómanos y, aunque la drogodependencia ha disminuido, aún pueden verse pálidos y ojerosos adictos a la aguja buscando un refugio para pincharse. Afortunadamente para ellos, ya no rigen en San Fernando las duras medidas que aplicaron los déspotas ilustrados cuando hicieron de la fábrica de paños hospicio en el que, tras el motín de Esquilache, fueron confinados y forzados a trabajar vagos y mendigos para que se convirtiesen en hombres útiles.

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