González admite la necesidad de nuevas ideas y personas

Felipe González admitió ayer genéricamente la conveniencia de renovar ideas y personas en el PSOE. A sólo 24 horas de la derrota socialista en las elecciones municipales y autonómicas del domingo, González recibió el apoyo de la ejecutiva federal tras poner su cargo a disposición del partido. Un gesto que distintos miembros de la ejecutiva calificaron de habitual en el "guión" del secretario general y que ni siquiera fue objeto de debate.La reunión transcurrió sin apenas sobresaltos críticos, ya que González había convocado previamente a los dirigentes regionales a un almuerzo en el palacio de la Moncloa. Este primer encuentro informal desactivó a muchos de los barones, y, de hecho, sólo Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Matilde Fernández hablaron genéricamente "de cambio de personas, de ideas y de discursos". Ni José Bono ni Joan Lerma tomaron la palabra, y Alfonso Guerra habló para decir que, si el partido reacciona, todavía es posible la recuperación para las próximas elecciones generales. En el almuerzo de La Moncloa no hubo reproches al Gobierno central, y quienes alzaron la voz lo hicieron para entonar un mea culpa por no haber podido movilizar al voto de izquierdas en las grandes ciudades.

Miembros de la ejecutiva aseguraron que, tras esta reunión de tres horas, se podía decir que todo había sido "bastante ligero". Las conversaciones privadas de algunos presidentes autonómicos pidiendo cambios de Gobierno y nuevas políticas no se plasmaron en la reunión de la ejecutiva

Cambios

Felipe González hizo alusión a este asunto tomando como referencia la intervención del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que pidió cambios de personas "en todos los niveles" y apuntó la necesidad de que hubiera un Ejecutivo "de políticos de peso", aunque inmediatamente señaló que ésa era competencia del presidente del Gobierno y no correspondía a la ejecutiva. Además, el propio Rodríguez Ibarra no dudó en ponerse como ejemplo de uno de los dirigentes que tal vez deberían ser renovados.

El líder socialista respondió que, efectivamente, había que renovar "ideas y personas" y en ese contexto puso su cargo a dísposición del partido, según su fórmula habitual, que suele expresar de esta manera: "Sabéis que mi cargo siempre está disponible".

Todos manifestaron enseguida que no había razón de pedir responsabilidades, puesto que se había producido en estas elecciones un avance considerable del PSOE en relación a los resultados que obtuvo hace un año en las elecciones europeas. González afirmó que los resultados habían sido mejores de lo que se esperaba y que el mantenimiento del 31% del votonacional

[en las municipales] podía considerarse "razonable".

El vicesecretario general, Alfonso Guerra, hizo un análisis cuantitativo de los resultados y puso el énfasis en "el fracaso" de IU. Al tiempo señaló que la estrategia del PP de convertir estas elecciones en primarias se había vuelto en contra de los conservadores. Según Guerra, si "se reacciona", las cosas pueden no ir mal para las próximas legislativas.

Los distintos interlocutores afirman que Guerra había hecho la prospección en escaños y, según sus cálculos, el PP hubiera sacado el domingo en unas elecciones generales 157 escaños, lejos de la mayoría absoluta (176 diputados), y los socialistas, 122.

Miembros de la ejecutiva reconocen que en la reunión celebrada anteriormente en el palacio de La Moncloa se había hablado de algunos problemas más que lo que trató la ejecutiva. A esa reunión en la presidencia del Gobierno asistieron José Bono, que revalida su presidencia en Castilla-La Mancha; Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía; Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura; Joan Lerma, que acaba de perder la presidencia de Valencia; Ramón Jáuregui, secretario general de los socialistas vascos; Jesús Quijano, secretario general de Castilla y León; el vicepresidente, Narcís Serra; el secretario de organización, Cipriá Ciscar, y el presidente del Grupo Parlamentario, Joaquín Almunia.

Pactos regionales

El secretario general del PSOE aconsejó a la ejecutiva que los pactos que puede haber con otras fuerzas políticas, casi exclusivamente con IU, deben decidirse en el ámbito regional, aunque se nombró ayer mismo una comisión para coordinar las conversaciones. Txiki Benegas, secretario de relaciones políticas e institucionales, Cipriá Ciscar, y Joaquín Almunia, componen dicha comisión.

A este respecto, Ciscar señaló que el PSOE seguirá el criterio de "reciprocidad" y añadió que,con tal concepto, el PSOE no quiere decir nada más que lo siguiente: "Si dos no quieren, a uno le resulta dificil pactar".

Aunque esta ejecutiva no tomó acuerdos precisos de actuación, que se adoptarán el próximo sábado, cuando se reúna el comité federal del partido, Ciscar señaló que el PSOE tiene que hacer un trabajo suplementario allí donde ha obtenido peores resultados.

A esta reunión asistieron todos los miembros de la ejecutiva, menos el dirigente catalán Raimon Obiols, que salía de viaje de trabajo hacia Argelia. Antes de irse, Obiols declaró que el PSOE debía tomar nota de lo que había hecho el Partit de los Socialistas de Catalunya, en concreto, la actuación del revalidado alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall. Según Obiols, el PSOE debe abrirse "a las clases medias, a los intelectuales y a los jóvenes".