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28 MAYO

Anguita reclama el voto para que se produzca el cambio de una época

Enterremos al hombre viejo y abramos los ojos a una nueva época. Éste es el cambio total. Julio Anguita reclamó ayer en Madrid el paso hacia una nueva democracia en el último mitin de una campaña que ha querido diferenciar de la de los demás líderes. El dirigente de IU prefiere que se vote en blanco, "y nos restrieguen el voto de castigo a los políticos por la cara", antes que la abstención. Lanzó además una advertencia a socialistas y socialdemócratas del PSOE: "Vosotros seréis los responsables de lo que ocurra al partido de Pablo Iglesias. La historia os exige una decisión".

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En la plaza Mayor de Madrid las terrazas rodean el corralito del mitin. Entre seguidores entusiastas -¿cuántos? La plaza hasta arriba-, banderitas de IU y turistas que toman la paella y la sangría, como si estuviera incluido en el menú, Anguita cierra la campaña reclamando el voto para el cambio. Es el cambio, dice, de una época. Todo empieza ahora y todo ya será distinto. Pide un nuevo cambio democrático, un cambio nunca culminado, "un nuevo ladrillo en la construcción de la democracia, en el desarrollo constitucional desde la izquierda".No hay más izquierda que IU. Y Anguita en estos 15 días ha sido su más ferviente profeta. Entre parábolas, imágenes, referencias culturales mediterráneas, con un lenguaje entre sacro y revolucionario, entre didáctico y demagógico, ha ido desgranando su teoría de las dos orillas a lo largo y ancho del país. Hasta llegar aquí. Habla del río de la Constitución en cuya orilla izquierda está en "terrible soledad", Izquierda Unida. A la otra orilla, los otros. Todos lo demás.

Movilización general

El mensaje de Anguita suena a veces con la contundencia de una página del Apocalipsis. Y sabe llegar a la gente. Explica pacientemente conceptos, poniendo ejemplos sencillos, cercanos a los que le escucha. Habla de "este país que no aguanta ni un empujón más" y para el que reclama "la movilización general de todos, de los hombres y las mujeres de izquierdas, de los socialdemócratas y de los socialistas, de los que se creen de la derecha y no lo son". Habla de los hijos y de sus problemas. De ahorrar y del paro.

Sube el tono de su voz, se crispan sus manos cuando lanza a "socialistas y socialdemócratas" una advertencia: "¡Vosotros seréis los únicos responsables de lo que ocurra al partido de Pablo Iglesias! No os pongo yo en esa tesitura. Es la historia quien os pone". Salta la plaza Mayor en un rugido.

Luego recomienda leer más. Leer las páginas de economía donde el ministro, Solbes habla de profundizar en la moderación salarial. "¿Y sabéis lo que es eso? Pues eso es que van a seguir recortando salarios, rebajando las nóminas.Y los empresarios ganando cada vez más. Eso", advierte, "se llama transferencia de rentas". Hay que leer las páginas de economía donde se habla de privatizaciones, de vender las empresas más rentables, de moderación salarial, de flexibilizar el mercado de trabajo, de nuevas restricciones a la producción española en los mercados europeos.

Ahora Anguita, en este último mitin, reclama el voto de todos, de los que quieren el "despegue de un pueblo, el nuestro". Nueva llamada al voto, "al voto en libertad". Nuevas advertencias contra el voto del miedo y el de la venganza. Advertencias que suenan a reconvenciones casi místicas: "No votéis por venganza", clama desde la tribuna, "porque por un segundo de placer tendréis años de arrepentimiento".

Voto del miedo, voto de la venganza. Si uno es malo, el otro es estúpido, dice. "No castiguéis al PSOE votando al PP, porque, al día siguiente, lloraréis". Reconviene Anguita en tono paciente: "Luego venís a IU a reclamar lo que no podemos hacer porque no tenemos diputados, no tenemos concejales. No nos los habéis dado. Preferísteis votar al PSOE".

Pero tan mortal o más es el, pecado de la abstención. Julio Anguita en un ejercicio de sinceridad, de asunción de las culpas, dice a la gente que abarrota la plaza que "hay que acudir a las urnas. Si estáis hartos, también. Si estáis hartos, votad en blanco, restregadnos por la cara vuestra amargura, vuestro desengaño. ¡Protestad, protestad, por lo menos!".

La noche amarga

Para luego reclamar "las armas que tenéis en vuestras manos, ese arma que es el voto, que nos permitirá a IU cambiar esta sociedad". Y avisar de que el felipismo "no es Felipe González, son quienes le han sostenido, quienes le han coreado y ensalzado. Y esos, aunque se vaya, seguirán ahí. Y Aznar será aún peor.

Cuando Anguita habla del día 29 de mayo apela a la memoria de los presentes para recordar juntos la "noche amarga del 12 de junio de 1993

[últimas elecciones generales]. Entonces no ganó González, ganó Pujol. Pero, ¿quién perdió?", pregunta. Y se contesta señalando con un dedo acusador hacia la gente: "¡Vosotros. Perdísteis vosotros, que votásteis al PSOE!". Aplausos ensordecedores.

Son los mismos aplausos con que se recibe su reivindicación de la "cultura de Platón, de Séneca, de Maimónides, de Averroes, del ágora griega y de la plaza romana, la cultura mediterránea", para enfrentarla a la cultura de "Tor y Odín, de un Maastricht que ya no vale". Igual que se recibe ese mensaje de austeridad, de dignidad en la pobreza, esa advertencia que firmaría el mismo Francisco de Asis: "Vivir bien no es poseer cosas que lo poseen a uno". Una mujer suspira: "Un santo, es un santo".

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