Queda la publicidad
Bruñidas superficies, senos puntiagudos y densos, bella y sana juventud a la orillla del mar, culitos respingones, líquidos burbujeantes y helados, dibujos neoclásicos, comprimidos de grandes historias de amor, bellísimos animales salvajes, caritativos perros compañeros del pobre humano y gatos elegantes como cardenales: es la publicidad de televisión. Rápida, voluble, armónica. En Canal + pasaron Publicidad sin cortes, resumen del X Festival de Publicidad en San Sebastián. Una belleza. El único arte propio, con el de los breves musicales, de la televisión. Tiene la ética-estética de la sociedad de consumo: no sé si esta sociedad, hoy en crisis -la economía busca grupos más pequeños; reniega del Estado del bienestar por el del estímulo a que el pobre trabaje, y muera si no sabe vivir, pero sin ocasionar gastos superfluos y que consuma lo que produce; el rico producirá para sí mismo y sus semejantes -, ha existido gracias a la publicidad. Entre dos siglos, esta belleza estaba en los grandes cartelistas, como Toulouse-Lautrec o Mucha; pero el cartelismo se pasé a la revolución (la de España los produja geniales: la contrarevolución previa no los tuvo); no creo que la publicidad de televisión se pase a ninguna revolución, aunque llegue a haberlas, porque de una ecuación tiempo-dinero que no corresponde al estado de malestar.Es una pena que la televisión no comercial (una forma de hablar: toda lo es, como los periódicos, el cine, la pintura y, poco a poco, los libros) perdiera sus bazas. Creó grandes, inolvidables series, mezcla de la novelarío, la escritura psicológica, el cine y el teatro: hasta las también inolvidablemente comerciales -las americanas- tuvieron un sesgo artístico, literario, actoral. Se ha ido abajo. Las series que se hacen cayeron en la indignidad y han acabado con la gloria y el perfil de actores y escritores; las que se adquieren son peores: no series, sino seriales. ¡Queda la publicidad! (Mala suerte, está maldita: su manera de cortar las películas sin piedad, el miedo del hombre a que sean los flautistas de Hamelin de sus hijos y sus mujeres, el odio de las feministas a la utilización de sus propios cuerpos, o al de sus hijas y amigas, la declaran la guerra).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Zelenski y Trump volverán a hablar para alcanzar un acuerdo sobre el futuro de Ucrania
El Gobierno acelera la reforma de la financiación para salvar la legislatura (y apaciguar a los socios)
Elon Musk, Jeff Bezos y Amancio Ortega… así cerraron el año los hombres más ricos del planeta
¿Qué está pasando en Nigeria? Claves del ataque estadounidense contra el Estado Islámico
Lo más visto
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- Junqueras avisa de que la recaudación del IRPF es “imprescindible” para negociar los presupuestos de Sánchez e Illa
- Timothy Morton, activista: “Estados Unidos es un gigantesco campo de concentración”
- La obsesión de Trump por poner su nombre a todo carece de precedentes en Estados Unidos




























































