El Manchester abdica
Hace ocho meses, el Manchester United debutó en la Liga de Campeones ante el club sueco Gotemburgo como si fuera la primera batalla de los diablos rojos en una santa cruzada contra los paganos que le han birlado la Copa de Europa desde 1968.Mientras Alex Ferguson daba descansos ligueros a los guerreros europeos, el Blackburn Rovers cobraba ventaja. Mientras guardaba balas en la recámara, un conjunto plagado de juveniles fue eliminado de la Copa de la Liga.
En enero, cuando les tocó a los diablos pisar las hogueras de la copa inglesa -la auténtica F. A. Cup-, ya habían sido eliminados de la Liga de Campeones, humillados por un Barcelona que este año ha sido con los demás un ejemplo de misericordia.
Hace ocho días perdió su corona al ser incapaz de marcar un gol durante los últimos 26 minutos del partido ante el modesto West Ham, y de esta forma regaló la Liga al Blackburn. Anteayer, en el estadio de Wembley, el equipo que hace un año consiguió el doblete de Liga y Copa redondeó un doblete de fracasos al perder la final de la Copa por 1-0 frente a otro equipo de recursos muy limitados, el Everton. El Manchester acaba así la temporada que iba predestinada a la gloria europea sin haber ganado nada. Es la primera vez en cinco años.Además, jugó la final de Wembley sin Cantona (sancionado hasta octubre), Cole (quien ya había disputado partidos de Copa con el Newcastle) y Kanchelskis (peleado con Ferguson). Ince, Keane y Giggs disputaron la final en precarias condiciones físicas y el capitán Bruce abdicó al final del primer tiempo. El Everton sólo le opuso agresividad, sacrificio y defensa numantina. Fue suficiente.
La historia es aplicable a otros equipos que han fracasado en sus intentos de compaginar la Liga de Campeones con los éxitos en su país. Pero el caso del Manchester United es trágico. Nadie discute que se trata del único equipo inglés que propone el toque del balón. Que fracase ante conjuntos como el Black-burn, el West Ham o el Everton significa también el triunfo del fútbol industrial que los aficionados del Zaragoza han podido medir en los encuentros con el Arsenal o con el Chelsea. Los artistas del Manchester han llegado al mes de mayo tras haber pasado por una liga-batidora que los tritura y que sólo deja indemnes a los que tienen la piel muy dura. Se entiende la tristeza de Bobby Charlton.
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