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28 MAYO

Anguita propone sustituir las campañas por largos debates entre los líderes en las televisiones

Estas campañas son un matahombres. Sirven para convencer a los ya convencidos y no llegan a quienes tienen que llegar. Por eso, Julio Anguita, el coordinador general de Izquierda Unida (IU), habría deseado un acuerdo nacional para sustituir el gasto y sinsentido que son ahora los procesos electorales. Él propone cambiarlo todo por debates "de tres, de cuatro horas", en las televisiones para que la gente "sepa lo que ofrece cada partido".

Anguita descansó ayer. Terminó la primera fase en Logroño y esa misma noche, lloviendo a mares, cogió el coche y se fue a Madrid. Un poco de ejercicio para fortalecer su corazón y una jornada de reflexión sobre cómo continuar una campaña electoral que se empeña en mantener, en la medida de lo posible, al margen de la que sus adversarios están llevando a cabo.Y no es que le falten asistentes en sus mítines. El millar de personas no ha faltado en ninguno de sus actos públicos. En algún sitio, más; en algún sitio, menos. Pero, bien mirado, tal como están las cosas, casi se puede considerar un triunfo, sobre todo si se tiene en cuenta que ha toreado en plazas que no se distinguen precisamente por su apasionado amor hacia la opción que representa: Toledo, Valladolid, Santander...

Pero Anguita sabe que está hablando para convencidos y que sus palabras no llegan a quienes él desearía: los indecisos, los que se encuentran en la duda, los que están tan desencantados que ya ni asisten a los mítines. A veces, seguro que tiene la tentación de, como en el Evangelio, echarse a los caminos e invitar al banquete a los mendigos, a los desahuciados, a los pobres.

Pero no son sólo sus convocatorias las que tienen dificultades. En esta campaña, en una escalada que se ha ido acentuando en anteriores procesos electorales, los mítines son casi de bolsillo. Y la verdad es que resulta desolador contemplar más de medio pabellón vacío, observar a viejos militantes que se rompen las manos en aplausos mientras por la calle la gente pasa ajena a todo. Desolador, escuchar esa especie de canto eucarístico nacional que es himno de IU resonando por las paredes. Ese grito de "lU, ¿muérete?", ; "no, no: IU, muévete", aclara alguien de la organización.

Anguita ha estado reflexionando sobre ello. En Logroño lo expresó de la forma más clara. El está dispuesto a llegar a un acuerdo nacional para eliminar este sistema de campañas, inútil, costoso y, hasta cierto punto, absurdo. El líder de IU no es partidario de ir cazando el voto a lazo. No quiere ir besando niños y abrazando viejecitos por las calles, sonriendo aunque le duela la úlcera, intentando ser simpático, repitiendo las ideas, los mensajes que no van a llegar a quien él desea que lleguen.

La lucecita roja

"No sé cuándo os volveré a ver", decía Anguita en uno de sus mítines; "por eso quiero que me oigáis por lo que yo os digo, no por lo que dicen que yo he dicho". Y es que hay una cierta desconfianza de Anguita hacia la forma en que los medios recogen lo que él expresa. "No es por culpa de los periodistas que me siguen

[los periodistas que le siguen le escuchan impertérritos en primera fila] Ellos recogen lo que pueden Pero, miren ustedes, ahora se me encenderá una lucecita roja para que yo sepa que entro en directo en televisión y diga mi mensaje. ¿Qué se puede decir en 15 segundos? Nada. Muy poco. Los mítines valen para muy poco y la cobertura que me dan los medios no sirve para nada" Los periodistas toman notas apresuradamente, como si no le hubieran oído. Mandarán su resumen y volverán a escuchar lo mismo en otros lugares.

¿Cuál sería la solución? Anguita dice que él estaría dispuesto a suprimir las campañas electorales y, en su lugar, establecer largos debates en televisiones públicas o privadas para que cada cual explique su programa, sus ofertas, sus ideas: "Debates de tres o cuatro horas

[cara de susto en quienes le escuchan]". "Con descansos

[suspiro de alivio]", matiza.

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