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GENTE

LAS FOTOS DEL REY

La publicación en una revista sensacionalista italiana de unas fotografías del rey Juan Carlos desnudo suscitaron ayer críticas generalizadas tanto en el ámbito político como entre los medios de comunicación españoles. El presidente del Gobierno, Felipe González, peguntado en una entrevista con lñaki Gabilondo en la cadena SER, criticó este tipo de periodismo, que considera una intromisión intolerable en la vida privada de las personas. Pero si las críticas eran unánimes, también lo era la curiosidad por el origen y autoría de las instantáneas, que no parecen tan recientes como la revista italiana pretende. Y en ese sentido se recuerda que cuando Javier de la Rosa estaba en la cresta de la ola, es decir, cuando manejaba a su antojo el dinero ajeno de KIO, tenía a bien presumir de su capacidad de control sobre cualquier información que afectara a los personajes más influyentes del país. No en vano la factura de seguridad de Torras y su empresa Quail superaba ampliamente los 1.000 millones de pesetas anuales. Durante el verano de hace cuatro años, De la Rosa se puso en contacto con algún personaje próximo a la Casa Real para hacer llegar un mensaje, informa Manel Pérez. Su contenido era, en esencia, el de que había detectado que corrían por Italia unas fotografías del Rey ataviado como el personaje protagonista de El traje nuevo del emperador, de Andersen. De la Rosa se ofreció a neutralizar su publicación, aunque ello, no podía ser de otra manera, implicaría el pago de una importante cantidad de dinero. Las fotos finalmente no se publicaron, a pesar de que los destinatarios del mensaje no aceptaron el favor y contestaron con cajas destempladas. Ahora, la revista italiana Novella 2000, perteneciente al grupo Rizzoli -que en España tiene una importante participación en el diario El Mundo-, ha publicado unas fotos del mismo tenor. Según la revista, las instantáneas fueron tomadas hace pocas semanas, pero existen serias dudas. Quienes están entre los bastidores de los hechos no dejan de recordar el mensaje de De la Rosa de hace cuatro años. Las dudas sobre la frescura de las fotos fueron confirmadas por Miguel Ángel Gordillo, subdirector y jefe de compras del semanario Interviu (grupo Zeta), que aseguró ayer en la cadena SER que las fotografías les fueron ofrecidas hace tres años, oferta que se volvió a repetir hace 48 horas. La respuesta del presidente de Zeta, Antonio Asensio, entonces fue lacónica: "No quiero ni verlas". Pero si los vendedores fracasa ron en el mercado de prensa, al parecer sí tuvieron éxito en el mercado financiero, que en aquellos años atravesaba por aguas turbulentas, y los tiburones del sector contrataban espías para redactar informes con los que esgrimir sus amenazas de chantaje. Las fotografías, por otra parte, tampoco ofrecen más información visual que las reales posaderas puestas al sol sobre una cubierta alta del yate Fortuna. Dada la no excesiva calidad de impresión de la revista Novella 2000 -de un formato y estilo parecido al semanario español Pronto- y la lejanía de las tomas -al pare, cer, captadas desde un helicóptero-, no son para sonrojar a nadie. Tal vez lo más inquietante sea ver al Jefe del Estado tumbado panza arriba, con los brazos en cruz, dormitando plácidamente en la privacidad del puente de su yate, expuesto a los disparos de una máquina de fotos.-

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