Chavales de 7 a 70 años
2.000 ancianos y niños toman Madrid en chándal y zapatillas
Ángeles Luna, de 76 años, y Jonay Betancourt, de 14 años, coinciden en una cosa: sus problemas de salud nunca les impedirán disfrutar de la vida y hacer lo que más les gusta, divertirse con sus amigos haciendo deporte. Ángeles, que padece una arteriosclorosis que no la deja erguirse con normalidad, se puso ayer el chándal y participó con otros 1.000 ancianos en un encuentro deportivo que organizo el Ayuntamiento de Madrid en la Casa de Campo.Por su parte, Jonay, que es sordo de nacimiento, se vistió con una camiseta y un pantalón corto, e intervino con otro mi llar de chavales en Activa, una olimpiada organizada en el es tadio de La Peineta por la Comunidad de Madrid para jóvenes del sur y este de la capital ."Cuando me jubilé, hace nueve años, tenía dos posibilidades: encerrarme en un asilo y compadecerme de mí misma o disfrutar de la vida y de mis amigos. Me decidí por la segunda opción", recuerda Ángeles. Esta mujer, de espalda curva y mirada brillante, destacaba ayer entre los ancianos concentrados en la Casa de Campo. Saltaba, brincaba, reía y animaba a sus compañeros de juegos. El concejal de Deportes, José Gabriel Astudillo, se subió a la tarima y cogió el micrófono. "Gracias por haber cambiado el ambulatorio por la gimnasia. El futuro es de jóvenes como ustedes", les dijo a los jubilados.
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Chavales de 12 distritos compiten en unas olimpiadas infantiles
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Los jubilados, vestidos con llamativos chándales de colores, camisetas de verano, zapatillas de deportes y gorras amarillas, aplaudieron con fuerza al edil.
Dolores Sáez, monitora de deportes del polideportivo del barrio de la Concepción' le relevó sobre la tarima. "Y ahora, a lo nuestro. ¡Marcha!", gritó a los deportistas.
El millar de ancianos, al unísono, comenzó a moverse rítmicamente a los sones de una canción de Los Chichos. "Pierna, tacón, cadera, pierna, tacón. Arriba los brazos", les incitaba la monitora. Y así, más de una hora.
Guillermo Giménez, director del Instituto Municipal de Deportes, explicó que los jubilados no son disminuidos físicos. "Necesitan otro tipo de gimnasia. Si se les enseñan unos ejercicios suaves y de coordinación sencilla, responden como cualquier jovencito", relataba.
"Esto es muy divertido. Es una pena que al gruñón de mi marido no le gusten estas cosas. ¡El se lo pierde! Desde que hago gimnasia y aeróbic no tengo ningún acháque", confesó Erenia Pascual, de 72 años.
Su amiga, Pilar Sánchez, de 80 años, comenta: "Yo he sido modista. Siempre he trabajado sentada y la artrosis estuvo a punto de dejarme paralítica. No podía mover las piernas. Me animé a hacer gimnasia en el polideportivo del barrio con otros ancianos, y aquí estoy: hecha un primor". Y se reía. Julia Rodríguez, de 67 años, además de hacer gimnasia en el polideportivo de Vicálvaro todos los martes y jueves, practica el taichí [gimnasia china] los lunes y viernes.
"Esto es fenomenal. He bajado varios kilos y, además, estoy más ágil. Quedarse en casa y compadecerse es malgastar el resto de tu vida", asevera.Deportistas bajitos
A las cuatro de la tarde, mil niños y jóvenes de Vicálvaro, Villaverde, Entrevías, Vallecas, Vallecas Villa, Carabanchel, Latina, Aluche, Canillejas, San Blas, Usera y Orcasitas esperaban nerviosos el comienzo de Activa, la primera olimpiada infantil de la Comunidad.
Dos de ellos, Jonay Betancourt y Luis Cambronero, de 15 y 14 años, y representantes de San Blas, permanecían callados. Su sordera, les impidió, minutos después, escuchar los aplausos de los 4.000 espectadores que ocupaban los graderíos de La Peineta. Pero su deficiencia física no evitó que luchasen por el triunfo en la carrera de 1.000 metros en la que participaron. "Todos los días entreno una hora en el patio del colegio", dijo Jonay.
Luis Miguel Luque, de 14 años, estaba ayer muy contento. Por primera vez iba a jugar al fútbol sobre hierba. "En mi barrio [Palomeras, Vallecas] no tenemos campos de hierba. Ser portero es muy duro".
"En ocho minutos no da tiempo a nada. Los partidos tenían que ser más largos" se quejaba David, de 11 años. Su entrenador tuvo que recordarle que los partidos no pueden superar ese tiempo porque en menos de tres horas tenían que jugar 24 equipos de barrio.
"A mí nadie me ha visto"
Más de 1.000 chavales y 4.000 espectadores participaron ayer en Activa 95. El estadio de La Peineta abrió sus puertas para ellos. Sin embargo, no todos salieron con una sonrisa.Marta, una karateka de 10 años, se quejaba de la desorganización del evento deportivo. "Nosotros estábamos en la explanada de fuera [los aledaños del estadio acogían demostraciones de varios de pobres, entre ellos el karate], y la gente estaba dentro del estadio esperando que comenzasen las pruebas. Nadie vino a vernos porque no sabían que estábamos en el exterior". Algo parecido ocurrió con otros deportes y aficiones, como el karting, el aeromodelismo, la escalada o el aerobic. Una espectacular demostración de aerobic, a cargo de las campeonas de España, fue contemplada sólo por unas 20 personas.
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