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LA BATALLA DE GALICIA

El PP busca la goleada

Hasta sus adversarios políticos dan por hecho que tras el 28-M Galicia será más popular que nunca

Xosé Hermida

El PSOE y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) agitan el temor a que Galicia camine hacia un sistema de partido único . Pero la apabullante hegemonía del PP en Galicia no parece que espante a muchos electores. El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, sólo tiene que exhibir los datos y proclamar que su partido está justamente donde lo han puesto los ciudadanos. El histórico 53% logrado por el PP en las elecciones autonómicas de octubre de 1993 -la victoria más amplia alcanzada en España desde 1977- puede quedarse corto el 28-M si se cumplen las expectativas de los populares en todo el Estado. Al PSOE sólo le queda atrincherarse en las grandes ciudades, aunque para ello probablemente tenga que tragarse -el sapo de pactar con el Bloque, una hipótesis que aterroriza a algunos alcaldes socialistas. Sin ir más lejos, a su propio líder autonómico, Francisco Vázquez, regidor de La Coruña, tan o más reacio al nacionalismo que el propio PP.Para intentar la más escandalosa goleada electoral que se haya visto nunca en España, el PP parte con una sustanciosa ventaja: el 70% de los 314 alcaldes gallegos tiene carné popular. Fraga ha di cho en alguna ocasión que su objetivo sería controlar todos los municipios de la comunidad autónoma. No lo va a conseguir, desde luego, pero hasta sus adversarios políticos dan por hecho que a par tir del 28 de mayo Galicia será más popular que nunca, por si era poco. El olfato de los políticos de pueblo , ya lo ha captado desde hace tiempo. En pocas semanas, hasta cuatro alcaldes socialistas de pequeñas localidades han decidido apostar a caballo ganador pasándose a las filas del enemigo.

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El PSOE se queja de que el PP no juega limpio. Todos los tránsfugas confesaron públicamente que se cambian de partido porque así la Xunta les dará más obras. Los socialistas acaban de pedir la comparecencia en el Parlamento de Fraga, al que acusan de haber afirmado en actos preelectorales que los alcaldes del PP tendrán mejor trato del Gobierno gallego. Pero los populares ni se molestan en responder.

Con todo, los socialistas se aferran a las ciudades. Ésa ha sido siempre la gran piedra en el zapatón de Fraga. Aunque el fenómeno se atemperé en las últimas elecciones autonómicas, el electorado gallego muestra un rasgo inverso a la evolución general en España: el principal granero de votos del PP está aún en las zonas rurales. De las siete grandes ciudades de la comunidad autónoma, el PSOE gobierna en cinco, en solitario o en coalición (Vigo, La Coruña, Santiago de Compostela, Ferrol y Orense), y el PP únicamente en dos (Lugo y Pontevedra).

Los socialistas tienen esperanzas razonables de mantener estas cinco alcaldías. Sobre todo porque el gancho electoral de alguno de sus candidatos es todavía. muy fuerte. Sus mayores dudas no las plantea la política municipal, que dominan sin grandes problemas, sino el desprestigio del Gobierno central. Francisco Vázquez, en La Coruña, y Xerardo Estévez, en Santiago, tratarán de mantener sus mayorías absolutas vendiendo una gestión personal plagada en ambos casos de grandes obras. Pero temen que por primera vez las siglas socialistas sean un lastre. La consigna es no sacarlas a, relucir más de lo estrictamente necesario.

En La Coruña se disputa una de las batallas más interesantes. Por tercera vez consecutiva, Vázquez se enfrenta al mismo candidato del PP, su ex amigo de juventud Augusto César Lendoiro, presidente del Deportivo. Aunque los éxitos futbolísticos han proporcionado hasta ahora a Lendoiro, escasos réditos electorales, algunas encuestas han sembrado dudas sobre el mantenimiento de la abrumadora mayoría absoluta socialista (18 de 25 concejales, la más importante de todas las capitales de provincia de España). Para Vázquez sería una tragedia. Presumiblemente tendría que pactar con el BNG, a cuyos militantes llama desde hace años "los profetas del no".

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El incontenible ascenso de Fraga en Galicia ha ido acompañado de un crecimiento sostenido del nacionalismo, que en las autonómicas del 93 rompió todos sus techos al situarse en el 18% de los votos. Los sondeos apuntan en la misma dirección para el 28-M. El Bloque aspira no sólo, a aumentar sus 9 alcaldías, sino a desempeñar un papel decisivo en las ciudades. En las autonómicas fue la segunda fuerza en el conjunto de las siete mayores concentraciones urbanas, por delante del PSOE. Ahora lo tendrá más difícil, pero aún en el peor de los casos decidirá importantes alcaldías.

En los últimos cuatro años, el BNG ya ha gobernado con el PSOE en Vigo, la principal ciudad de Galida, sin excesivos problemas internos. En esta ocasión pretende ir más lejos y ha propuesto a los socialistas un pacto para toda la comunidad. El PSOE se ha negado en redondo porque teme que eso implique un intercambio de alcaldías, pero los nacionalistas creen que cuando se abran las urnas la respuesta será otra.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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