Aznar dice que quiere evitar un nuevo nacionalismo español
El presidente del Partido Popular se tomó ayer con calma las acusaciones del ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, que insinuó una coincidencia política entre José María Aznar y el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen al considerar ambos que sus respectivos países están "de rodillas" en el concierto internacional.
Aznar calificó de "tremendismo habitual en el PSOE y el Gobierno" la comparación de Solana, aseguró que, precisamente, uno de los objetivos de su política es evitar la aparición de un sentimiento de nacionalismo español excluyente, e ironizó: "A diferencia de Le Pen, yo nunca he pedido el voto para los socialistas". El dirigente de la extrema derecha francesa no pidió el voto para ninguno de los dos candidatos en liza en las presidenciales francesas, pero indicó a sus seguidores el domingo que el neogaullista Jacques Chirac "es aún peor" que el socialista Lionel Jospin.
La comparación por Solana de Le Pen y Aznar provocó ayer airadas respuestas de dirigentes del PP. Rodrigo Rato, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, tachó a Solana de "irresponsable" y dijo que no se toma a broma su declaración "porque hay personas en este país que no se las toman", en referencia a los terroristas de ETA.
"Nuestra diplomacia es débil e ineficaz", añadió, "y por ello pedimos la dimisión de Solana y, Atienza, pero no por eso les voy a comparar con ningún político racista y xenófobo". Rato recomendó a Solana más respeto hacia la política del PP sobre la UE y recordó que su partido fue el ganador en las últimas elecciones europeas, informa desde Logroño Ignacio Martínez.
Aznar visitó ayer las obras del embalse de Itoiz, en Navarra, acompañado de numerosos miembros del Gobierno de Navarra, aunque no de su presidente, Juan Cruz Alli, que semanas atrás fundó su propio partido tras abandonar Unión del Pueblo Navarro (UPN), informa Mikel Muez.
Previamente, el presidente del PP había expresado su "total apoyo" al candidato de UPN a la presidencia del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, y había destacado la "excelente salud" de los pactos de fusión firmados en su día por UPN y PP.
La visita de Aznar pretendió respaldar a Sanz frente a la emergente figura política de Alli, a cuyo partido, Convergencia de Demócratas Navarros (CDN), las encuestas preelectorales le conceden el papel de futuro árbitro del Gobierno navarro.
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