El bombardeo de los serbios de la Krajina a Zagreb causa cinco muertos y mas de cien heridos
Zagreb recuperó ayer la atmósfera de guerra, perdida afortunadamente para sus habitantes hace tres años. La capital de Croacia resultó alcanzada al menos por media docena de cohetes y proyectiles de grueso calibre lanzados por los rebeldes serbios de la Krajina desde sus posiciones en Glina. Cinco personas murieron y más de cien resultaron heridas en el ataque, que sembró el pánico en la ciudad, de un millón de habitantes, a primeras, horas de la mañana. El ataque serbio se produjo en represalia por la ofensiva croata desatada el lunes para controlar la autopista Zagreb-Belgrado.
Croacia anunció ayer por la tarde que la operación de sus tropas, apoyadas por aviación, tanques y artillería, había terminado con éxito, y que había sido conquistada la localidad de Okucani, principal enclave serbocroata en Eslavonia occidental. Unos 600 soldados serbios se rindieron ayer a las tropas croatas y empezaron a entregar sus armas a los cascos azules, según informó un portavoz de la ONU.Es la primera victoria militar significativa de Croacia sobre los rebeldes serbios, que conquistaron un tercio de la república en la guerra de 1991. El portavoz de las Naciones Unidas en Zagreb calificó ayer la ofensiva croata de "golpe serio" contra los esfuerzos pacificadores de Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia.
Con la ofensiva iniciada a primeras horas del lunes, Croacia controla ahora por entero el tramo en su territorio de la estratégica autopista que enlaza Zagreb con Belgrado, de la que unos treinta kilómetros estaban desde 1991 en poder de los ultranacionalistas serbios, que ocupan militarmente un tercio del país balcánico.
Las sirenas de alarma volvieron a sonar en la capital croata a las cuatro de la tarde, provocando un alto inmediato de la escasa circulación rodada y la huida de los peatones hacia el subterráneo más próximo. Media hora después, un breve toque advertía que el peligro había pasado. Proyectiles serbios alcanzaron también por la mañana la ciudad de Karlovac, 50 kilómetros al sur de la capital.
A primera hora de la mañana, al menos cuatro grandes explosiones sacudieron el centro de Zagreb. Densas columnas de humo ascendían en las proximidades del legendario hotel Esplanade, junto a la Embajada de Estados Unidos y en las proximidades de los ministerios de Exteriores y del Interior. Peter Galbraith, embajador norteamericano en Zagreb, dijo que al menos cinco cohetes Orkan cayeron en el centro de la ciudad. "Estos cohetes contienen bombas de fragmentación", subrayó el diplomático, que calificó el ataque de "salvaje".
Dos de las explosiones ocurrieron cerca del aeropuerto de Pleso, que fue cerrado de inmediato al tráfico durante aproximadamente media hora. La capital croata, que desde 1993 no vivía escenas bélicas, sufrió momentos de pánico, con las calles semidesiertas, automóviles ardiendo y decenas de ambulancias trasladando heridos. En los hospitales se amontonaba la gente preguntando por familiares o amigos mientras la televisión croata pedía donaciones de sangre.
Las escuelas han sido cerradas al menos durante 48 horas y la policía ha sellado una parte del centro de la ciudad, en búsqueda de bombas-racimo que podrían no haber hecho explosión en su caída. Los serbios que controlan la región de la Krajina tienen en sus arsenales cohetes capaces de alcanzar casi cualquier ciudad de Croacia.
El Consejo de Seguridad pidió ayer al presidente croata, Franjo Tudjman, el final inmediato de la ofensiva de sus tropas y la vuelta a las negociaciones con los serbios rebeldes que ocupan desde 1991 casi un tercio de Croacia. Alemania, interlocutor privilegiado de Zagreb, declaró por boca de su ministro de Exteriores haber recibido garantías del presidente Tudjman de que la limitada ofensiva croata habría acabado el martes, como efectivamente anunció la oficina de la presidencia.
Según un comunicado del ministerio de Defensa croata, confirmado por Naciones Unidas, sus fuerzas han tomado completamente el control del tramo de 30 kilómetros de autopista en manos de los serbocroatas y han ocupado las localidades de Pakrac, Jasenovac y Okucani, aproximadamente a un centenar de kilómetros al este de Zagreb.
Cinco mil serbios de los 15.000 que viven aproximadamente en las áreas limítrofes con la autopista han huido del avance mecanizado croata hacia las zonas de la vecina Bosnia controladas por sus correligionarios, cruzando el río Sava por Stara Gradiska. Aviones Mig-21 croatas han intentado infructuosamente destruir este puente para impedir la llegada a través de él de eventuales refuerzos enviados por los serbios de Bosnia.
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