El rocambolesco tinglado de Romaní
El ex vicepresidente de Banesto implica a Carlos García Pardo y a los hermanos Serratosa
Entre las cinco y las nueve y media de la noche, el ex vicepresidente, negó la desaparición de 1.344 millones en relación con la sociedad Carburos Metálicos, aunque admite que "de haber existido será un pago de una intermediación del destinatario de ese pago, que no ha sido el declarante ni Banesto". Sobre los 1.227,5 millones obtenidos con la venta a Portland Iberia (grupo Banesto) por las sociedades vinculadas a Romaní, Data Transmision Systems y Gay Cordon -ésta última al 72% de Mario Conde-, Romaní explica que se trató de una comisión encubierta destinada al panameño Jaime D. Cedeño por una gestión ante la familia Serratosa cuya existencia y alcance "ignora, por haberse recalcado siempre por dichos señores [los llamados panameños] que sus trabajos debían ser objeto de una confidencialidad absoluta". La línea argumental de Romaní es sencilla: siempre que se hable de comisiones aunque parezca que las ha cobrado él y/o sociedades asociadas, la verdad es que han ido hacia otros bolsillos.Carburos: 1.344 millones desaparecidos. El 6 de abril de 1990, la multinacional Air Products, por indicación de Romaní transfirió 1.344 millones de pesetas al bufete suizo Hamburger & Ackermann en pago de una prima por la opción a adquirir, hasta julio de 1994, 672.000 títulos de Carburos Metálicos a un precio de 10.230 pesetas cada uno. La multinacional exigió un recibo por la citada cantidad que Romaní nunca extendió. "El declarante dice que Air Products les pide una opción de compra sobre 672.000 títulos de Carburos propiedad de Banesto (...) Que dicha opción se pacta en un precio de 10.230 pesetas por acción. Quiere hacer constar que (...) Air Products obtenía el derecho a comprar acciones de Carburos a 10.230 pesetas cuando en Bolsa las podía comprar a 6.000 pesetas o 4.000 por lo cual tal opción no tenía contenido económico alguno".Manifiesta que no recuerda haber recibido una carta de R. [Ronaldo] Sullam en la que se decía: "Como complemento de los pactos suscritos en el día de hoy, 4 de abril de 1990, relativo al derecho de opción sobre determinadas acciones de Carburos tengo el gusto de confirmarte que se han cursado instrucciones en firme para abonar la cantidad de 1.344 millones de pesetas según lo convenido". Manifiesta que no es cierto que se hubiera convenido el pago de una prima en cuantía alguna.
A preguntas del Sr. Letrado [Miguel Gomez de Liaño] manifiesta que de haber existido ese pago será un pago de una intermediación del destinatario de ese pago, que no ha sido el declarante ni Banesto (...)Cementeras: plusvalías de 1.227,5 millones. En marzo de 1990 dos sociedades de Romaní y de Conde, Data Transmision Systems y Gay Cordon, ganaron 1.227,5 millones de pesetas tras comprar a Valenciana de Cementos acciones de las cementeras Prebetong Aragón y Hormifasa por 176 millones y venderlas a Portland Iberia, grupo Baneslo, por 1.403 millones. "El presidente sr. Conde es expulsado de una empresa [Valenciana de Cementos] en donde Banesto era partícipe (...) En ese momento, a primeros de marzo, un grupo cementero se pone en contacto con el declarante y le dice que ellos tienen influencia y que pueden influir en el desarrollo de esa gestión [negociación con la familia Serratosa del grupo Valenciana] y y que con el pago de una comisión se puede arreglar el problema (...)
Entonces le manifiesta al sr. Conde que hay unos señores y que mediante el pago de un 1% del global de lo que está en juego harán las gestiones oportunas. Y el sr. Conde con tal de resolver ese asunto le indica que haga lo que el declarante creyera pertinente (...) Manifiesta que en relación a dicha gestión existe un documento, que es una escritura pública de marzo de 1990, donde se establecen los términos de la comisión Manifiesta que la comisión era para un grupo [Dicement], cuyo representante era Jaime Cedeño y que dicha compañía está radicada en Panamá y que las gestiones se hicieron a través del sr. José Alberto Álvarez, abogado panameño (...) y que sabe que ha sido durante 1990-1993 presidente del Colegio de Abogados de Panamá.El declarante dice que una vez resuelto el tema [diferencias con la familia Serratosa] el problema era cómo conseguir los 1.403 millones de pesetas de la comisión y entonces en una conversación el sr. Serratosa le manifestó que lo arreglaría con una operación de compra y venta de hormigoneras, de forma que en las sociedades que establezcas [sic] habrá una compra y una venta de dichas hormigoneras por un precio superior (...) Se tuvo que utilizar por parte del declarante una sociedad ya existente que comprase y que fuera de su propiedad.Y eso es lo que hace, que por transparencia fiscal necesitan coger veinte fiduciarios que aparezcan como socios de la compañía que reciba el dinero y lo entreguen a Data Transmision Systems, de Romaní, para que Data los transmita a su dueño, recalcando el declarante que en ningún caso para el cobro de una comisión (...) el declarante va a cometer el acto irresponsable de repartir dicha comisión entre sociedades propiedad del declarante y del (...) sr. Conde. Que no se hizo la operación directamente con Data porque dicha sociedad no estaba constituída (...)Comisiones por 1.800 millones a Montilsa, propiedad de Romaní. En 1991, la sociedad de Romaní obtuvo una comisión de 985 millones por participar en la venta del Centro Comercial Concha Espina a la Corporación y en 1992 otros 899 millones en una operación previa a la venta de Oil Dor también a la Corporación. "Preguntado en qué consistían las operaciones, manifiesta que le comentó al sr. Carlos García Pardo que se encontraba en dificultades el declarante por unos compromisos adquiridos con unos panameños [se refiere a Jaime D. Cedeño] (...) Que le comentó a Carlos García Pardo que necesitaba su ayuda (...) Que la operación consistió en que de alguna forma estos señores panameños pudieran participar en la venta del [Centro] Comercial Concha Espina y en la venta de Oil Dor a Banesto (...)Facturas de 509 millones pagadas a Jacques Hachuel. "Manifiesta que para compensar los quebrantos que decía Hachuel que había sufrido en sus relaciones con el grupo Banesto (...) se llegó a un acuerdo global, una de cuyas manifestaciones era el pago de estos servicios (...)"Oil Dor. "(...) Sabía que el sr. Pérez Escolar tenía una participación en Oil Dor, pero que desconocía la cuantía, y que se discutió o habló en varias ejecutivas de Corporación la operación al existir esas vinculaciones (...)".
¡Elemental, querido Watson!
Si de algo es consciente Romaní es que su declaración del 14 y 15 de diciembre de 1994 debería borrarse. Pero como dice el tango de Le Pera y Gardel: "Mentira, mentira / yo quise decirle / las horas que pasan / ya no vuelven más".Romaní cree que en el caso Carburos Metálicos, donde han desaparecido 1.344 millones de pesetas, juega con ventaja. Él sabe que Air Products pagó esa cantidad al bufete Hamburger & Ackermann por indicación suya y que así quedó fuera de Banesto y de España. En sus explicaciones comete un error garrafal: pasarse de listo.
Dice que Air Products no tenía obligación alguna para pagar 2.000 pesetas por cada uno de los 672.000 títulos de Carburos incluídos en la opción, lo que da la cifra de 1.344 millones. ¡Pues vaya si la tenía! He aquí la prueba: es verdad que había un plazo para convertir esos títulos hasta julio de 1994 pero Banesto traspasó inmediatamente a Air Products los derechos políticos de esa participación.
El problema era, pues, que Air Products había conseguido los derechos políticos. ¿Para qué? Hasta entonces Banesto había impulsado con Jacques Hachuel un tiburoneo / chantaje a la multinacional. Air Products quería modificar el consejo y cambiar los estatutos de Carburos para vetar operaciones importantes en la compañía. Los 1.344 millones sirvieron para lograr los derechos políticos y evitar la gestión unilateral de Banesto. Es una pena que el derecho penal se detenga en esta operación porque Carburos perdió 15.000 millones con las maniobras de Romaní y Conde.
Por último, sobre las cementeras y los presuntos gángsteres panameños vale lo que dijo el juez: "Es una historia fantástica". Los Serratosa y Carlos García Pardo, al negar los hechos, han reforzado esa impresión.
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