El 'violador de Montjüic' niega los cargos y dice no entender cómo los novios no defendieron a las víctimas
, Los alegatos de los acusados al final de los juicios, aun siendo un derecho, no son habituales. Ricardo López, el violador de Montjuïc, juzgado en la Audiencia de Barcelona como presunto autor de tres violaciones y otros seis delitos contra la libertad sexual, fue ayer la excepción que confirma la regla. Antes de que el magistrado dejara el juicio visto para sentencia, el acusado, chuleta en mano, hizo uso de este derecho. Tras reiterar su inocencia hizo una contundente afirmación: "Yo no soy un violador. Y alucino con lo que oigo. Dicen que violé a varias mujeres delante de sus novios y yo no entiendo cómo un hombre no defiende a su mujer". López se enfrenta a una petición fiscal de un siglo de cárcel. El agresor actuaba en zonas despobladas de la montaña de Montjüic, donde jóvenes parejas aparcaban sus vehículos en busca de intimidad.
Las víctimas, sus novios y algunos familiares estaban presentes en la sala cuando el acusado hizo su alegato. Un discurso que, sobre todo para los afectados, tenía visos de provocación. López cuestionó que los novios de las víctimas, a los que presuntamente intimidaba con una pistola que nadie llegó a ver, defendieran a sus compañeras. Esta afirmación provocó momentos de tensión entre los familiares de las víctimas, que insultaron con fuertes gritos al acusado. Ricardo López, padre de familia, empleado de banca y amante del deporte, afirmó ser una persona "abierta" en su sexualidad. "Tengo mis gustos sexuales", dijo, y reconoció su costumbre de mirar a las parejas. En sus conclusiones definitivas, la fiscal mantuvo la petición de un siglo de cárcel y la defensa pidió la absolución alegando que no hay suficientes pruebas para mantener la acusación.
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